El Tenerife dio a conocer ayer el alcance exacto de la lesión que sufrió Carlos Abad-Hernández mientras participaba en el partido del pasado sábado ante el Betis.

Tras las primeras valoraciones, los especialistas llegaron a la conclusión de que el canterano se había visto obligado a pedir el cambio por un esguince en la rodilla izquierda. Pero faltaba saber si esa torcedura había provocado más daños. El resultado de la resonancia magnética efectuada ayer en las instalaciones de Hospiten Rambla desveló que tiene parcialmente roto el ligamento lateral interno.

Por tanto, las previsiones de que Abad-Hernández iba a pasarse alrededor de un mes sin competir se quedaron cortas, ya que el informe que publicó ayer el club indica que, "dependiendo de la evolución", el joven guardameta estará de baja de seis a ocho semanas. Siendo así, se perderá con seguridad los partidos ante el Numancia, Ponferradina, Albacete, Girona, Mirandés y Real Valladolid. En el mejor de los casos, estará disponible de nuevo coincidiendo con el derbi canario de la segunda vuelta, programado para el sábado 28 de febrero o el domingo 1 de marzo.

En ese tiempo, Carlos trabajará para recuperarse sin tener que pasar por el quirófano, ya que los médicos decidieron que se limite a seguir un tratamiento de fisioterapia.

Abad-Hernández asistió ayer a El Mundialito, pero no se entrenó. A mediodía se marchó, acompañado por el médico Juan José Valencia, para acercarse a Hospiten.

Entretanto, el Tenerife espera cerrar en breve el fichaje del guardameta del Valladolid Dani Hernández, pero maneja otras opciones por si esta operación no prospera. El internacional por Venezuela está dispuesto a dar el pa-so, siempre que no cambien las condiciones económicas del acuerdo inicial. Además, el Valladolid debe encontrar antes un sustituto.

Roberto Gutiérrez regresó a la competición para sustituir a Carlos en el partido con el Betis. Tras veinte minutos de juego, el icodense fue protagonista de una jugada clave, el penalti que aprovechó Rubén Castro para adelantar por primera vez al conjunto de Pepe Mel. Pasadas las horas, el portero tenía claro que no cometió ningún error y que fue el árbitro -el asistente, en realidad- el que falló por castigar al Tenerife. "Pude ver la jugada repetida en mi casa bastantes veces y creo que es dudosa, porque el futbolista del Betis -Jorge Molina- se mete delante y luego se deja caer", explicó Roberto. "El penalti lo señaló el asistente", apuntó sin mostrarse arrepentido: "Lo volvería a hacer igual; el balón se queda dividido y tenía que salir. Creí que llegaba".

Cervera volvió a dirigir ayer una sesión de trabajo después de faltar a las dos anteriores por enfermedad./ m. santos