Serge Ibaka confirmó la pasada noche en el Toyota Center, de Houston, que ni su juego individual ni el colectivo de su equipo de los Thunder de Oklahoma City se encuentra al nivel de la pasada temporada y no pudieron evitar la derrota ante los Rockets que se impusieron 112-101.

Ibaka ha perdido parte del poder físico y la agresividad que tenía en su juego y que en las últimas temporadas le permitió ser uno de los jugadores más temidos y dominantes de la NBA dentro de la pintura.

Algo que no sucedió ante los hombres altos de los Rockets, que tanto el ala-pívot lituano Donatas Motiejunas, como el pívot Dwight Howard, le ganaron en duelo individual, cada vez que los tenía que marcar.

Ibaka no pudo con ninguno de los dos y su aportación se quedó en 13 puntos y siete rebotes, todos defensivos, durante los 33 minutos que jugó, sin que al final le sirviesen a su equipo a la hora de evitar la derrota.

El internacional español anotó 4 de 11 tiros de campo, incluidos 2 de 4 triples, que consiguió en la recta final del partido, cuando los Thunder hicieron el último intento de remontada que no llegó, y 3-3 desde la línea de personal.

Ibaka dio tres pases de anotación y su falta de protagonismo dentro de la pintura le hizo poner sólo un tapón, aunque tuvo un buen control del balón al no perderlo ninguna vez.

Mucho mejor que sus compañeros estrellas el base Russell Westbrook, que lo perdió ocho veces y el alero Kevin Durant otras cuatro, dejando al equipo con 17 por 12 de los Rockets.

Tampoco José Manuel Calderón está teniendo su mejor temporada individual desde que llegó a la NBA y mucho menos su nuevo equipo de los Knicks de Nueva York, que llegaron a Londres y continuaron con la racha perdedora histórica, que pusieron en 16 derrotas consecutivas al ser superados 95-79 por los Bucks de Milwaukee.

Calderón mejoró algo en el apartado individual con relación a los partidos anteriores, pero su aportación de 11 puntos y nueve asistencias, líder del equipo en esa faceta del juego, no impidió la nueva derrota de los Knicks (5-36), que también tienen la peor marca de la liga.

El base de Villanueva de la Serena jugó 37 minutos en los que anotó 4 de 8 tiros de campo, incluidos 3 de 4 triples, y como ya es habitual no fue ninguna vez a la línea de personal.

El internacional español capturó tres rebotes, que fueron todos defensivos, recuperó un balón y perdió tres.