Álvaro Cervera aceptó los términos propuestos por el Tenerife para su desvinculación sin poner una sola pega, desveló Radio El Día. Pese a contar con otros tres años de contrato (amplió el pasado verano hasta el 30 de junio de 2018), nunca se pusieron sobre la mesa las cantidades de esas temporadas. Con un salario acordado que rondaba los 200.000 euros anuales, el preparador aceptó percibir solo sus emolumentos hasta el 30 de junio del presente ejercicio. Además, la entidad blanquiazul propuso diferir los pagos para facilitar el abono de los mismos, algo a lo que tampoco se opuso Cervera. Suele ser habitual esta mecánica cuando hay contratos plurianuales. Los técnicos despedidos, que no pueden volver a trabajar hasta el siguiente curso, cobran toda la temporada en curso. Pero no siempre se perdonan las restantes campañas recogidas en el acuerdo. Así, el tinerfeño David Amaral solicitó cobrar hasta el último euro comprometido y hasta llevó al Tenerife a los tribunales, al mostrarse en desacuerdo por el trato recibido. Otros como Arconada, Mandiá, Tapia, Calderón o Tébar negociaron su salida.