Maxi Pérez (Buenos Aires, 26-10-86) vivió el pasado domingo su día más feliz como futbolista del CD Tenerife. Marcó su primer gol como blanquiazul para adelantar a su equipo en un derbi que terminó en tablas.

El delantero nacido en Argentina pero residente en Uruguay desde niño, reconoció que fue uno de los tantos "más bonitos" de su carrera, principalmente por el significado que tuvo, y confesó que la felicitación de sus compañeros tuvo para él incluso más valor que su acierto en el estadio de Gran Canaria. Además, reveló, en una entrevista en Radio El Día, que se liberó de la presión que estaba soportando por no haber podido estrenar hasta ese momento su cuenta anotadora con el representativo.

Pérez contó que, si bien su entrenador, Raúl Agné, había dado pistas durante la preparación del clásico, no fue hasta la víspera del encuentro cuando se enteró de que iba a jugar de inicio. "Se venía manejando algo durante la semana, por el trabajo realizado, y más o menos había una pauta, pero el míster dio la alineación el día anterior", dijo Maxi, que en ese instante tuvo claro su objetivo en el compromiso con el líder de la categoría. "Lo primero que se me pasó por la mente fue esforzarme y ayudar al grupo; y si podía marcar en un derbi, iba a ser espectacular. Y justito se me dio".

Los primeros 45 minutos fueron frustrantes para el atacante blanquiazul. Casi no intervino en el juego. "Apenas toqué el balón un par de veces en las bandas, en jugadas aisladas", indicó Maxi, quien compensó esa sensación poco después del descanso. "Empezamos el segundo tiempo presionando un poco más arriba. Arrancamos con fuerza y marcamos ese gol muy rápido".

Sin esperarlo se encontró solo delante del portero de la Unión Deportiva, Casto Espinosa, tras un pase fallido de Momo hacia atrás. "Tal como estaba posicionado el central, intenté estirar el pie para ver si llegaba al balón. En mi cabeza tenía irme hacia el arquero; lo venía pensando. Luego, obviamente, fue todo más instintivo que pensado. Cuando levanto la cabeza al llevarme el balón, veo que el guardameta sale muy rápido para achicar e intento regatearlo. Si hubiera querido definir a la primera, seguramente habría tenido menos espacio".

Y llegó el gol. El 0-1 en el derbi. Y una cascada de sensaciones para el autor. "Noté una alegría y una tranquilidad que hacía mucho tiempo que no sentía. Estaba esperando un momento así. Abrir el marcador en un partido como este te da una alegría muy grande. Traté de tranquilizarme y festejarlo con mis compañeros, pero por dentro sabía que me había quitado mucha presión de encima", admitió Maxi, cuya angustia por no haber marcado antes y por no haber sumado tantos minutos como le hubiera gustado, desapareció de repente. "Fue un gran alivio, sobre todo porque estaba trabajando para poder aportar más cosas".

Según Pérez, fue uno de los goles "más bonitos" que ha anotado en su carrera; "no solo por la jugada, sino por el entorno, por lo que significó en ese momento y por la alegría que se llevó la afición del Tenerife".

En plena celebración, el uruguayo recibió otro impulso anímico más. "Varios de mis compañeros me dijeron: Te lo merecías, te lo merecías. Eso me dio una alegría más grande incluso que la del gol, porque te das cuenta de que el grupo está unido, que está contigo y que te está apoyando". A continuación, gesto de Maxi con las manos a la grada simulando un corazón y dedicatoria para su familia, su mujer y sus hijos.