Al Tenerife no se le puede medir en clave de exigencia, porque no sería justo. Los progresos que ha hecho no son de gran lustre, pero acumulados consolidan un elocuente cambio de dinámica. Esta vez se impuso al Leganés y, probablemente, de puertas adentro todos los protagonistas sentirán que el resultado, apretado y más bien injusto, premia tanto esfuerzo como realiza el equipo en el campo. Es verdad.

El equipo de Agné hace ya más cosas bien que mal y decanta los partidos porque busca y provoca las situaciones que terminan por presentársele. Por ejemplo, el gol que otorga los puntos es producto de una acción que no se daría si no jugaran dos puntas tan arriba y uno de ellos con esa propensión al desmarque (Maxi). La jugada en cuestión surgió cuando el Tenerife había inclinado ya el juego a su favor, algo que no sucedió hasta que Agné devolvió a Suso y Juan Carlos a su situación natural, porque antes el equipo había empezado con los dos futbolistas de banda a pie cambiado y aquello no funcionó. Suso en la izquierda se perdió (se supone que jugó ahí para tapar a Marc Bertrán y proteger así a Albizua), y Juan Carlos en la derecha, tampoco. Curiosamente, desde que cada uno fue a su lado natural, los volantes Aitor y Vitolo, que antes no veían un pase para darle verticalidad al juego, empezaron a sacar la pelota más fluida y el equipo fue metiendo al rival más atrás, hasta que llegó el gol. Juan Carlos, que hace de Cristo Martín, se mete por dentro y es un media punta más en la fase ofensiva. En una de sus acciones tiró de genialidad: miró a la derecha y pasó a la izquierda, Maxi rompió en velocidad, encaró, amagó al portero para sentarlo y marcó a puerta vacía.

Hasta entonces, el Tenerife solo había probado a Serantes en una serie de seis córners seguidos, provocada por la presión de Maxi. En uno de ellos, el meta le hizo una parada de reflejos a Suso (26''); de resto, fue una primera parte en la que el Leganés se sintió cómodo en el campo, amenazó con la voracidad de Chuli y se atrevió a ser profundo las veces que Bertrán emuló sus buenos tiempos en esa banda derecha.

El gol, tan cercano al descanso (43'') presentaba un escenario para la segunda mitad muy proclive a buscar una contra como la del día del Valladolid. El Tenerife dio medio paso atrás, no se replegó del todo, pero se dejó querer, buscando generar espacios, mientras el Leganés metió frescura arriba. La entrada de Álvaro y, sobre todo de Velasco, fue muy productiva para su equipo, que con ellos rondó el gol. Los primeros 20 minutos se jugaron al ritmo que quiso el Tenerife, que antes y después de su ventaja había conseguido uno de los propósitos de mayor dificultad ante este rival: evitar que el Leganés tuviera metros para correr a la contra. Pero el partido fue cambiando según iban cayendo amenazantes los minutos, el rival tomó la iniciativa por completo y Agné reaccionó. Primero quitó a Juan Carlos, el lanzador de los contraataques, con lo que el equipo se vació por dentro y los puntas se quedaron aislados.

El Leganés llevó el partido al área contraria, en la que apareció la figura de Dani Hernández. Hay pocos saltos de calidad en este equipo como el que ha dado la presencia del portero. Sin asediar, los madrileños remataron cinco veces con opciones de empatar: en el 70'' Dani rechazó el disparo de Chuli, que se creó el mismo la jugada entrando entre contrarios; y en el 72, fue el poste el que rechazó el disparo de Velasco. En vista de que el equipo se podía partir en dos, Agné sacó del campo a Ifrán para equilibrar más con Cristo Díaz, pero la dinámica continuó, con Velasco rematando y Dani parando. En el 75'' se repitió la escena y en el 81'', la única mala decisión del portero propició el remate otra vez de Velasco, que esta vez salvó a meta vacía Raúl Cámara. Como colofón, en el 82'' el portero hizo un paradón cerca de la escuadra al cabezazo de Eraso. Y se acabó. El Leganés había equilibrado por completo el partido, pero no el marcador. La diferencia de este Tenerife, que ahora juega en el maravilloso marco de un Heliodoro entregado a la causa, no es tanto que haga tantas cosas bien como hace, sino que ha pasado a ganar ese otro partido que justifica todo lo que trabaja un equipo en el campo, que es el partido de las dos áreas. Tiene más gol y un gran portero.

1-0

tenerife-leganés

CD Tenerife: Dani Hernández; Raúl Cámara, Hugo Álvarez, Carlos Ruiz, Albizua; Vitolo, Aitor Sanz; Suso, Juan Carlos, Maxi Pérez e Ifrán. En el minuto 62, Cristo Martín entró por Juan Carlos; en el 73, Cristo Díaz, por Ifrán, y en el 80, Iker Guarrotxena, por Suso.

Leganés: Serantes (1); Bertrán (1), Mantovani (1), Postigo (1), César (1); Eraso (1), Morán (1), Alberto Martín (0), Eizmendi (0); Aguirre (0) y Chuli (2). En el minuto 55, Velasco (2) y Álvaro (1), entraron por Alberto Martín y Eizmendi. En el 69'', Sergio Prendes (1), por Aguirre.

Árbitro: Jorge Valdés Aller (Comité Castellano-Leonés). (2). Estuvo bien, dejó jugar, no se precipitó para no bajar mucho el listón con las tarjetas y acertó en jugadas complicadas que inducían al error y pudieron cambiar el partido, como la simulación de Ifrán en el área (11'') que él vio y castigó con tarjeta amarilla. Además, amonestó a Cristo Martín (72''), y a los visitantes Alberto Martín (31''), Eirk Morán (31'') y Chuli (92'').

Gol: 1-0. m. 43: Gran pase de Juan Carlos en la frontal a Maxi Pérez, que entra, encara al portero, lo regatea y marca a puerta vacía.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la vigésimo novena jornada de Liga Adelante, disputado en Heliodoro Rodríguez López ante 9.504 espectadores. Gran ambiente en las gradas. Noche calurosa, con mucha calima. El Tenerife lució su indumentaria habitual y el Leganés, una suplente completamente negra. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de la madre del consejero del Tenerife, Indalecio Pérez.