Cuando un partido se pone tan de cara como se le puso al Tenerife tan pronto no hay que desaprovechar el regalo. A los tres minutos ya había marcado Diego Ifrán, reconciliado con el gol, gracias a un pase magistral (y van dos en una semana) de Juan Carlos Real a la espalda de los atolondrados centrales del Recreativo. Quizás afectado por ese gesto de protesta de no "jugar" en el primer minuto, el cuadro local se vio por detrás en el marcador y se temió lo peor, aferrándose únicamente a la cantidad de tiempo que quedaba por delante. Se le olvidó un detalle: lo extremadamente caritativo que suele ser su rival cuando se enfrenta a un equipo en crisis. Llevado por ese alma cristiana, Albizua regaló el empate. No se sabe muy bien qué quiso hacer con Jesús Vázquez encima, pero el extinerfeñista le robó la cartera y puso en bandeja el tanto a Caye, que empujó a la red ya a puerta vacía y sin que Dani Hernández hubiera intervenido en la contienda. Era el minuto 12 y ya se habían repartido los errores graves, uno para cada uno. Quizás como demostración del puesto que ocupan y las aspiraciones que tienen en este tramo final de temporada. Pero volvamos a la puesta en escena. Raúl Agné parece haber encontrado su equipo base, aunque no haya repetido once inicial ni una sola vez en sus seis partidos en el banquillo insular. Ayer recuperó la línea defensiva más habitual, con Javi Moyano ya disponible, y puso su sello con un cambio relativamente sorprendente: Guarrotxena por Suso. Su idea era ganar juego entre líneas, diagonales, precisión... y recuperar al extremo vasco. Su apuesta salió mal. A los 36 minutos se marchaba con una tarjeta amarilla dejando su lugar al de Taco. Conviene extenderse en las explicaciones para que quede claro, pero también para cubrir un espacio, el de la primera parte, que no tuvo nada que contar más allá de los goles y dos balones colgados al área por el "Recre". En el primero fue Jesús el que cabeceó alto (15''). Luego le tocó a Caye, a pase de Domínguez (28''). El Tenerife se fue diluyendo y hasta contagiando de la evidente falta de confianza local. El descanso resultó un alivio para el espectador, sea cual fuera el color que defendía, y una invitación a cambiar de canal para el neutral. Espoleados por Agné, los insulares mejoraron en intensidad y dieron dos pasos adelante. Vitolo y Aitor empezaron a recuperar más cerca de la portería contraria y el Recreativo empezó a sentirse más incómodo. De esa forma llegó la mejor ocasión visitante, en un pase de Aitor que malogró Suso delante de Gálvez (50''). El capitán lo había hecho todo bien... hasta el remate. Su entrada había mejorado en ritmo, desmarque y frecuencia el juego entre líneas de los tinerfeños. Los de Juan Manuel Pavón, empujados más por la inercia del local que otra cosa, intentaron abreviar su juego ofensivo. Con Montoro y Jesús más aplicados en las tareas defensivas, el procedimiento quedó acortado a la salida por los costados. Bien es cierto que nunca inquietaron a Dani Hernández, pero al menos lograron aliviar la sensación de incomodidad del primer cuarto de hora de la reanudación. Cuando el ritmo bajó, Agné lo intentó con Abdón Prats como pareja de Ifrán y Maxi Pérez tirado al flanco izquierdo. Cierto es que Juan Carlos Real, cuya única aparición en la segunda parte fue un disparo lejano (60''), había ido a menos. Pero el relevo restó juego al Tenerife. De hecho, Ifrán ejecutó su último remate. Fue un centro de Raúl Cámara que solo pudo cabecear en posición forzada el delantero uruguayo. A medida que avanzaba el encuentro hacia el final, apareció el miedo, representado por el cambio postrero de Cristo Díaz, y que fomentó que se valorara el punto. Es verdad que el conjunto blanquiazul estuvo más cerca de ganar, pero le faltó determinación para marcharse hacia la victoria y acabó encontrando razones para sentirse afortunado con el 1-1, no porque peligrara el resultado, sino por evitar un accidente. Al Recreativo de Huelva le pasó lo mismo. Un empate en casa no parece suficiente, pero estuvo más cerca de perderlo que de ganarlo. El caso es que, viendo el lado positivo, el Tenerife eleva a cinco las semanas sin perder y a tres los desplazamientos en los que suma. Aunque ayer aburriera.