Todo empezó el 16 de septiembre de 2001, cinco días después de que cumpliera la mayoría de edad. Aquel domingo, catorce minutos antes del final del partido Tenerife-Villarreal, Pepe Mel ordenó la salida del campo de Marioni, el autor de los dos goles del triunfo tinerfeño (2-0). El encargado de sustituirlo fue un canterano llamado Víctor Añino Bermúdez, que siguió sumando intervenciones con el paso del tiempo, en dos etapas diferentes, hasta convertirse en centenario en la reciente visita al Nuevo Colombino.

Vitolo recibe el dato con orgullo. "Hay un gran valor emotivo en esa cifra", confiesa al repasar su trayectoria. "Me hace mucha ilusión haberla alcanzado con el equipo de mi casa", añade antes de prometer que hará "lo máximo" para aumentar el registro. "A ver si cumplo más centenarios". Por lo que firmó el verano pasado, le quedan las trece jornadas restantes de la Liga 2014/2015 y toda el curso siguiente. Pero tiene más fútbol que dar.

Haciendo balance, le resulta difícil elegir entre tantos "buenos momentos" que vivió sobre el césped, pero reconoce que guarda uno "con especial cariño", el triunfo del derbi del 7 de marzo de 2004, por 2-0. "Estábamos metidos en puestos de descenso y ganamos de forma clara. Nosotros fuimos hacia arriba y Las Palmas bajó".

Del mismo modo, prefiere no ser muy selectivo con las peores experiencias. "Lo más amargo no fue solo un partido", aclara. "Sí lo fue haber estado dos temporadas en Segunda División sin poder competir por el ascenso a Primera".

En realidad, se trata de una aspiración a la que no renuncia. "Hasta el día que me retire, esa va a ser mi única meta deportiva: ascender a la máxima categoría".

Por ahora se tiene que conformar con participar en la recuperación de un Tenerife que trata de alejarse de los puestos que conducen a Segunda B. Lo hace con la pena de saber que había materia prima para algo mejor. "No estoy preocupado, pero sí tengo una sensación agridulce porque somos un muy buen grupo que no tuvo suerte en momentos determinados y entró en una dinámica negativa de la que está costando salir. Tenemos plantilla para aspirar a más cosas, pero, al final, esto es fútbol y tampoco se puede volver atrás".

El centrocampista espera que lo peor haya pasado para el Tenerife. Por ejemplo, las tardes en el Heliodoro en las que "la gente no terminaba de fusionarse con el equipo por la falta de victorias" o la crisis deportiva que provocó el relevo en el banquillo, episodios que analiza con naturalidad y oficio. "Álvaro Cervera es muy buen entrenador, pero no le acompañaron los resultados. Agné vino con muchas ganas de ayudar, y toda persona que llegue con ese espíritu, es bien recibida. Encima, le están acompañando los resultados. Me alegro también por él".

Es más, sostiene la suerte ha sido un factor determinante, por encima de los métodos de cada técnico. "Incluso no sacando resultados positivos en el pasado, hubo muchos momentos en los que el equipo hizo buenos encuentros y no mereció perder, pero, desgraciadamente, el fútbol depende de las victorias. Hubo fases en las que los arbitrajes nos restaron puntos y entramos en una dinámica negativa de la que solo podíamos salir ganando. Vino un nuevo técnico. En muy poco tiempo recibimos muchísima información de su estilo, que está dando resultado. Hay que estar con el entrenador al cien por cien, como estamos demostrando, y es lo que vamos a hacer porque nos está dando victorias".

Esa racha, de 9 puntos de 15, le ha dado al Tenerife "un poco de aire" y la oportunidad de "salir de los puestos de descenso con muchísimo trabajo". Pero Vitolo avisa que con eso no es suficiente. "Seguimos en una situación delicada; estamos a cuatro puntos del decimonoveno. Por tanto, vamos a trabajar para que el equipo no corra ningún peligro. Buscaremos una forma rápida de estar en una situación más saneada y alargar lo máximo posible esta serie de resultados positivos".

En el plano personal, consolidado entre los blanquiazules con más minutos en esta temporada, Vitolo siente que está cumpliendo con el tinerfeñismo. "Con los dos entrenadores he jugado bastante. Estoy orgulloso de que la gente esté contenta con mi trabajo, y eso lo noto a diario en la calle. Me quedo con lo de siempre, con el trabajo y con el sacrificio". Es la fórmula que lo llevó al primer equipo del Tenerife, hace casi trece años y medio, y que ya lo ha incluido en el selecto club de los blanquiazules centenarios.