Maxi Pérez calificó ayer el Mallorca-Tenerife como "un partido bisagra", de esos que cambian o refuerzan una trayectoria. "Nos puede marcar mucho", advirtió el delantero blanquiazul, convencido de que "las cosas se mirarán de manera diferente" con una victoria.

El uruguayo le otorgó la trascendencia que merece a la visita a Son Moix: el Tenerife acumula cuatro jornadas sin ganar, tiene seis puntos de margen con el decimonoveno, se mide con su vecino de la clasificación, restarán luego siete partidos... Son motivos suficientes para procurar no fallar. Y para eso, recomendó completar una actuación "inteligente" en Palma, en un "campo de Primera" y ante un rival "también de Primera".

Si se cumple el deseo de Maxi, el Tenerife ganará a domicilio casi seis meses después de su único triunfo de esta temporada lejos del Rodríguez López. Y no encuentra un día más oportuno para hacerlo. "No hay mejor ocasión que esta para ganar fuera", señaló Pérez.

El plantel tinerfeño asumirá ese desafío con la sensación de que "está creciendo", a pesar de haber sumado solo tres puntos de los últimos doce en juego. Pero Maxi sostiene que en el vestuario no se percibe preocupación. "La tendríamos si no estuviéramos creando tantas ocasiones de gol como en los últimos partidos", aclaró sin ocultar que a los especialistas en marcar goles, como él, les pesa la pobre estadística anotadora del Tenerife. "Miramos esas cosas, pero si hablamos de juego y no de números, vemos que estamos haciendo cosas en positivo y creemos que el triunfo a domicilio está esperándonos detrás de la puerta".