El alero LeBron James, que volvió a mostrar su liderazgo y ser la figura que permitió a los Cavaliers de Cleveland vencer 96-91 a los Warriors de Golden State en el tercer partido de las Finales de la NBA, admitió que su equipo debe aprender de la experiencia del cuarto periodo cuando estuvieron a punto de dejarse arrebatar una ventaja de 17 tantos.

"Tenemos que aprender de lo sucedido", declaró James nada más concluido el partido en el que aportó de nuevo un doble-doble de 40 puntos, 12 rebotes y ocho asistencias. "Siempre he dicho sobre este equipo, que el mejor profesor en la vida es la experiencia. El último minuto y medio nos debe servir de aprendizaje".

James se refería que después de estar arriba ocho puntos 87-80 permitieron que los Warriors se pusiesen a tres puntos 94-91 y no pudieron asegurar al triunfo hasta que el mismo anotó dos tiros de personal y 16,8 segundos por jugarse, tras una más que discutida decisión de los árbitros que le dieron la posesión a los Cavaliers después que lo habían perdido.

"Hemos comprobado como el mismo Stephen Curry que falló los triples en los tres primeros cuartos en el último anotó dos consecutivos y eso demuestra el gran encestador que es y del que no puedes darle nunca oportunidad que tire a canasta", subrayó James.

La estrella de los Cavaliers, que estableció una nueva marca en las Finales al conseguir llegar a los 123 puntos en los tres primeros partidos, con promedio de 41, algo que nunca se había logrado, reiteró que su labor no es más que la de estar siempre para ayudar al resto del equipo.

"Es un gran momento y mis compañeros me necesitan", admitió James, que esta vez tuvo como gran apoyo al base australiano Matthew Dellavedova, que aportó 20 puntos, incluidos 10 en el tercer periodo. "Mi labor es salir al campo, establecer el liderazgo, enseñarles, gritar cuando no lo hacen bien, pero luego dirigirme a ellos y decirles que todo esta bien, que hay que seguir".

Eso fue lo que hicieron los Cavaliers, pero como muy bien expresó Curry, la razón que los Warriors estén ahora abajo 1-2 en la serie no son las enseñanzas, ni las aportaciones de James sino el pobre juego ofensivo que hasta ahora ha mostrado el mejor equipo de la liga que logró 67 triunfos durante la temporada regular.

La defensa de los Cavaliers no es ni mucho menos el fuerte del equipo, ni tampoco es algo excepcional en lo que va de las Finales, pero es más consistente y segura que lo que hasta ahora ha mostrado el ataque de los Warriors, que en los tres primeros cuartos del partido no superó el 35 por ciento de acierto en los tiros de campo.

Por su parte, James reiteró que está disputado a hacer todo lo que sea y más para tratar de conseguir el título que tanto se merece el equipo y la ciudad de Cleveland.

"Haré todo lo que sea necesario para ayudar a este equipo a ganar", subrayó James. "Son las Finales y por lo tanto no hay ningún tipo de limite, dado que además es un reto diferente".

James admitió que el equipo es joven, necesita todavía un tiempo para madurar, que no habían vivido antes ninguna de las experiencias por las que han pasado en los últimos tres partidos, pero también encontraron la manera de conseguir la victoria.

"Somos un grupo joven y siempre les digo que está bien con el aprendizaje, dado que todo es nuevo, situaciones que a partir de ahora ya no lo serán, que de seguro nos ha hecho mejores como equipo y a cada uno de ellos también elevaron el nivel en su juego y compromiso". agregó.

James también reconoció, como lo hizo Curry, que todavía queda mucha serie, que todo puede suceder y los único que ambos tienen claro es que el cuarto partido será otro duelo cerrado y complicado, especialmente para los Warriors, que tienen la doble misión de ganar y sobre todo recuperar su condición de equipo líder de la liga.