Cinco minutos de discurso improvisado, hilvanado a tirones, a golpe de corazón y de recuerdos, interrumpido cuando la emoción le obligaba a respirar hondo, a llevarse las manos a los ojos para secarse las lágrimas, a beber un poco de agua. Cinco minutos con voz temblorosa de palabras de agradecimiento a todo lo que envuelve al Tenerife, empezando por los profesionales del club menos -o nada- conocidos y por el presidente, Miguel Concepción -"en los días difíciles estuvo ahí"-, pasando por los entrenadores, los compañeros, la afición e incluso los periodistas. Y luego, el aplauso en la intimidad de la sala de prensa del Rodríguez López. Así fue la despedida "más triste" que le ha tocado vivir a Aridane Santana, quien ayer pasó a ser exjugador del Tenerife.

Las informaciones que apuntaban a la ruptura de la relación laboral entre el delantero grancanario y el club venían de lejos. En el último mercado de invierno se especuló con esa posibilidad y en marzo ya empezó a sonar la opción de que escogiera un destino en el extranjero para continuar su carrera deportiva, a pesar de que le quedaba un año más de contrato con el Tenerife. Una vez acabada la temporada, la decisión ya parecía estar tomada. Solo faltaba que las partes la hicieran oficial. Y ese momento se produjo ayer. "Aridane Jesús Santana Cabrera ha quedado desvinculado del CD Tenerife", anunció la entidad a las 13:30 horas.

Enseguida, el de Vecindario empezó a ser relacionado con el Cádiz. Ya estaba libre y el mercado se agitó buscándole un sitio. Pero el goleador ya había elegido. Su nuevo equipo no estará en España. Aunque ayer prefirió no mencionar nada al respecto, lo más probable es que se incorpore a un club tailandés. Falta la confirmación.

Aridane se centró ayer en su adiós. Acompañado por el consejero del club Corviniano Clavijo, quien destacó del futbolista su calidad humana y su "aportación, profesionalidad, cariño y entrega", Santana tomó la palabra con un nudo en la garganta y suponiendo, antes de empezar, que no iba a poder contener las lágrimas. Y así fue. "Es la despedida más triste que he tenido y, seguramente, la que tendré nunca, porque aquí se me han tratado de maravilla", dijo, como pudo, el jugador refiriéndose a su paso por un equipo y por una Isla que llevará "marcados a fuego en el corazón", entre otras cosas porque su hijo es tinerfeño.

El máximo anotador del Tenerife en la temporada del último ascenso a Segunda A aclaró que no dio el paso de desligarse del club por las críticas que recibió por parte de un sector de la afición esta temporada. "De los tres años y medio que pasé aquí me quedo con muchas más cosas positivas que negativas. He reído y llorado de alegría", advirtió para añadir que las tardes en las que escuchó silbidos procedentes de las gradas "no hicieron" que se planteara su marcha. "Cuando conseguimos el objetivo de la permanencia, estando ya de vacaciones, medité sobre mi futuro profesional y tomé una decisión muy difícil".

Esa elección trajo consigo un acuerdo "satisfactorio" para él y para la entidad, comentó Aridane. "Quería salir bien", remarcó.

Y cuando daba la sensación de que ya había pasado lo "peor" para Aridane en su despedida, tras repasar sus goles más significativos o los momentos más felices, volvió a derrumbarse cuando le preguntaron por la influencia que tuvo Álvaro Cervera en su trayectoria. De nuevo, pausas eternas, silencio en la sala de prensa, sorbos de agua... "Fueron dos temporadas y media con él. Álvaro me marcó mucho. Me sacó un rendimiento grandioso y se lo agradezco. Es una persona que dio la cara por mí en todo momento", subrayó "Ari", que mantuvo esa línea al referirse a sus "hermanos" de vestuario. "Empezamos siendo compañeros y, al final, son parte de mi familia. Son personas con las que compartes mucho más que un entrenamientos o partidos. Me ayudaron mucho. Con Suso tengo un vínculo muy grande. Somos personas similares, muy alegres y extrovertidas. Hemos compartido muchas cosas en los viajes. Es gente que te marca. Javi Moyano también fue muy importante para mí, así como Ricardo. Una de las alegrías más grandes que me he llevado es su renovación. De Dani Hernández puedo decir lo mismo".

¿Y el futuro? "Me toca abrir una nueva etapa en otro lugar y empezarla con mucha ilusión. Este es un día triste por despedirme de buena gente, de amigos, de compañeros que han peleado conmigo hombro a hombro", se limitó a comentar Aridane, el grancanario que se unió al club en enero de 2012, procedente del Leganés, y que se marcha como un tinerfeñista más. Ese vínculo no se romperá.