Tal día como hoy, hace justo 90 años, y también en sábado, Santa Cruz de Tenerife acogió uno de los acontecimientos más relevantes de la ciudad en aquella época, la inauguración del Stadium, recinto en el que iba a competir el CD Tenerife siendo anfitrión.

90 años después, el equipo sigue jugando como local en el mismo lugar, una instalación que se ha ido adaptando a las exigencias de los tiempos y que pasó a llamarse Heliodoro Rodríguez López a comienzos de la década de los 50. Pero, ¿cómo fue el estreno del Estadio?

Cuenta La Prensa que el primer día del Stadium fue algo más que un evento que ofreció el aliciente de la disputa del derbi canario de esos años, el CD Tenerife- Marino de Las Palmas. "Pocas o casi ninguna de las fiestas que en estos tiempos se han organizado entre nosotros, revistieron los honores de solemnidad de la que ayer preparó la directiva del Club Deportivo para la inauguración del Stadium, ofreciéndonos un cuadro de extraordinario realce con una concurrencia que rebasaba la cifra de siete mil espectadores".

La misma crónica narra la inusual expectación que generó la apertura de la cancha. "Desde la plaza de la Constitución a la de la Paz y en todo lo largo del Paseo de las Asuncionistas, la fila interminable de autos y coches daba una nota de extraordinaria alegría y movimiento en nuestra población, aumentada por la gran cantidad de forasteros de todos los principales pueblos de la Isla, que acudieron a la fiesta inaugural del nuevo campo de deportes".

Se llenaron las gradas y también el palco con las principales autoridades, como el alcalde Francisco La Roche, el gobernador civil Villar Granjel o el arcipreste del distrito, Herráiz Malo, así como con representantes de todos los clubes deportivos de Tenerife, que fueron invitados, al igual que periodistas de la provincia vecina.

"Durante la ceremonia de la bendición se hizo una suelta de mil palomas", cuenta La Prensa refiriéndose a "uno de los momentos de más vistosidad del espectáculo". Luego, los dos equipos, Tenerife y Marino, con sus presidentes al frente, Muñoz Pruneda y León, respectivamente, salieron a escena. "Recorrieron la cancha de juego, tributándoseles una cariñosísima acogida por todo el público, que les aplaudió con el mayor entusiasmo". Acto seguido se procedió a la entrega de un "artístico banderín" al club tinerfeño por parte del grancanario y Muñoz Pruneda tomó la palabra "con un oficio escrito en pergamino, haciendo constar la gratitud de aquella sociedad por la brillante cooperación prestada por el club" visitante. "Los capitanes del Marino y Tenerife, González y Cárdenes, se cambiaron los clásicos ramos de flores, entregándolos a las señoras de Machado -promotor de la construcción- y Muñoz Pruneda, y seguidamente se hizo la elección de las puertas, con la primera moneda que ingresó en la taquilla del Stadium".

La crónica incluye otras curiosidades, como la correspondiente al momento en el que "el niño Juanito Muñoz Rivera, hijo del presidente del club, vistiendo el mailot y chaquetilla con los colores del Tenerife, dio el kick-off" que dio por iniciado un partido que fue arbitrado por "el señor Ojeda, auxiliado por López y González".

La misma referencia relata que el encuentro solo se animó tras el descanso, al que los equipos llegaron con empate sin goles. Se adelantó el Tenerife en el minuto 23 del segundo tiempo. "En un córner tirado por Castellano, Pascual, centro delantero del Tenerife, logró el primer gol de la tarde en medio de una gran ovación". Poco después igualó Teodosio. Y cerca del final sentenció Arocha, tras aprovechar otro saque de esquina lanzado por Castellano.