Anthony Lozano vivió ayer su primer día como blanquiazul. Fue ajetreado, pero acabó donde más le gusta a un futbolista: sobre el césped. Para empezar, superó el reconocimiento médico sin dificultades. Allí posó para los medios gráficos, que luego volverían a reencontrarse con él en el acto de presentación oficial. Nada más terminar, el delantero hondureño se trasladó a El Mundialito junto a Alfonso Serrano para realizar su primera sesión a las órdenes de Raúl Agné. Allí conoció a sus compañeros, trabajó y hasta se llevó la primera bronca de su jefe. Fue en un movimiento en el que tanto Nano como él reaccionaron tarde para lo que requería el técnico.

La sesión acabó bajo la lluvia y con el "Choco" esbozando una sonrisa y haciéndose las primeras fotografías con algunos seguidores blanquiazules. "Me siento con muchas ganas y ansias por conocer al grupo y al cuerpo técnico. Tengo ganas de tocar mi primer balón con el equipo, no veo la hora para estar en el campo", había dicho en la rueda de prensa.

En ella, Serrano desveló que un club portugués había estado negociando semanas atrás el traspaso del delantero. Cuando las conversaciones se rompieron, entró en liza el Tenerife. "Había escuchado rumores de otros equipos, pero no esperé a que se diera nada concreto cuando supe del Tenerife", dijo el nueve. Ese será el dorsal que lleve durante la pretemporada y, si nada extraño sucede, también cuando empiece el Campeonato. Eso sí, la responsabilidad le hizo no prometer goles. "Vengo a ganarme el puesto", anunció con humildad.

Tampoco le exigió en ese sentido Alfonso Serrano. "Anthony es un jugador que tiene gol, que ve bien la definición. Esperemos que nos eche una mano, pero hay más delanteros y jugadores de banda. El bloque debe ser la fuerza", analizó. El "Choco" mientras sonreía pensando en su estreno. Será en Las Palmas.