El español Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) dispondrá este fin de semana, con ocasión de la disputa del Gran Premio de la República Checa en el circuito de Brno, de una nueva oportunidad para recortar diferencias respecto a sus más directos rivales en la lucha por el título mundial de 2015.

Sus dos últimas victorias consecutivas ya representan de por sí el suficiente estímulo para ello pero, además, el circuito checo ha sido talismán para todos los pilotos del equipo Repsol Honda en las cuatro últimas temporadas.

En 2011 fue el australiano Casey Stoner quien se impuso con autoridad en este trazado, en tanto que en 2012 y 2014 los triunfos fueron para Dani Pedrosa, y Marc Márquez ganó en 2013, pero la victoria de la pasada temporada también habría sido suya de no ser por un neumático defectuoso que le impidió rendir al máximo y le acabó relegando a la cuarta posición final.

En cualquier caso los dos pilotos del equipo Repsol Honda cuentan con un bagaje en el trazado checo que les convierte en claros favoritos ya que Dani Pedrosa ha logrado en ese escenario nada menos que diez podios, cuatro de ellos victorias, en 2003 en los 125 c.c., en 2005 en los 250 c.c. y 2012 y 2014 en MotoGP.

Marc Márquez también cuenta con un buen bagaje en este circuito, pues ha subido al podio de Brno en tres ocasiones, dos victorias, una en Moto2 en 2012 y otra en MotoGP en 2013, con un segundo puesto en Moto2 en el año 2011.

Así, los representantes oficiales de Yamaha, el italiano Valentino Rossi y el español Jorge Lorenzo, deberán rendir a su máximo nivel para conseguir dar un giro a las estadísticas en este trazado si quieren mantener su ventaja en el campeonato, en el que el italiano tiene una ventaja de nueve puntos sobre Lorenzo y 56 respecto a Márquez, que tiene 47 puntos de desventaja respecto a Lorenzo, una distancia que cada vez se asume más alcanzable para el piloto de Repsol Honda si no vuelve a cometer fallos.

Una vez más tanto los integrantes del equipo Repsol Honda como los de Yamaha serán los referentes para la carrera más destacados, pero no los únicos, pues en esa pelea se podrían meter, si logran mejorar algo su rendimiento, los pilotos de Ducati.

Andrea Iannone, que perdió la tercera plaza del campeonato frente a Marc Márquez en Indianápolis, y Andrea Dovizioso, quien por una circunstancia u otra no ha conseguido estar en donde todos esperaban que estuviese.

Tanto el uno como el otro cuentan con el potencial mecánico suficiente como para pelear por el podio, como ya hizo Dovizioso en las tres primeras carreras de la temporada con sendas segundas posiciones, pero desde Jerez, su rendimiento ha reflejado muchos altibajos y una eficacia muy lejana a su nivel habitual.

En el caso de Iannone la regularidad ha sido su mejor arma, pues ha logrado sumar puntos en todas las carreras, aunque no pisa el podio desde la carrera italiana de Mugello.

Un paso más atrás y con opción a destacar ante cualquier fallo de los pilotos oficiales se encuentran el británico Bradley Smith y el español Pol Espargaró, con las Yamaha satélite de Tech 3, o el también británico Cal Crutchlow con la Honda RC 213 V de equipo de Lucio Cecchinello.

No terminan de despuntar, y ese es su objetivo, los pilotos oficiales de Suzuki, los españoles Maverick Viñales y Aleix Espargaró, por lo que ese es nuevamente el objetivo de ambos, como también continuar siendo líder de la categoría Open para Héctor Barberá y su Ducati Desmosedici, mientras que Álvaro Bautista continuará con su labor de desarrollo de la Aprilia RS-GP.

La labor de Bautista resulta encomiable, sabedor de que los ingenieros del fabricante de Noale utilizan el campeonato del mundo de MotoGP de 2015 como campo de experimentación para evolucionar su prototipo de la categoría, que quieren tener en condiciones para el próximo año.