En la larga lista de equipos en los que ha militado Dani Hernández, desde que salió de la cantera del Tenerife para estudiar en la Península y retomar su carrera deportiva en Madrid, en el Rayo Majadahonda, hay un lugar para el club al que se enfrentará mañana el portero hispano-venezolano. La SD Huesca también fue su casa.

Siendo jugador del Rayo Vallecano, Dani se marchó cedido al Real Jaén en el verano de 2008. Su notable rendimiento en la escuadra andaluza, con la que fue el arquero menos batido de Segunda B, no le sirvió para hacerse un hueco en la primera plantilla franjirroja y tuvo que aceptar otra salida a préstamo; esta vez al Huesca, en su segunda campaña consecutiva en la Liga Adelante después de su refundación. De esta manera, Hernández formó parte del plantel azulgrana en el ejercicio 2009/2010.

En realidad, fue local en El Alcoraz medio curso. Su entrenador en esa etapa, el exblanquiazul Antonio Calderón, solo le dio minutos en la Copa del Rey. La titularidad en la Liga fue para Miguel Martínez y Toni Doblas, mientras que Hernández se tuvo que conformar con ser suplente del primero en las semanas iniciales del campeonato y con asumir todo el protagonismo en las dos únicas rondas coperas que disputó el Huesca: ante el Levante, cuyo resultado se resolvió en la prórroga tras 0-0 en 120 minutos de juego, y frente al Hércules, que se impuso por 2-0 en el estadio José Rico Pérez. Así se resume la etapa de Dani en un equipo en el que coincidió con el tinerfeño Iriome González.

Dadas las circunstancias, el guardameta dio el visto bueno a un cambio de destino a mitad de camino. Sin dejar de pertenecer al Rayo, se marchó cedido en enero de 2010 al Mestalla, con el que jugó 16 partidos, encajó 18 goles y vivió un descenso a Tercera División.