Más que por las dos derrotas con las que el Tenerife empezó la Liga, Raúl Agné está preocupado porque el equipo ha perdido la identidad que mostró la temporada pasada y que lo acercó a la permanencia en la categoría. El técnico ha detectado el problema y está convencido de que no se notará mañana en la visita al Huesca.

¿Cómo ha sido la semana?

Hemos estado intentando recuperar lo que somos y lo que queremos ser para poder competir, y en ello nos hemos aplicado mucho, porque creo que lo más importante es recuperar nuestro sello.

¿Cuál es la referencia?

Personalmente, quiero recuperar el sello de la temporada pasada, el de un equipo que sea vertical, dinámico, agresivo... Es lo que hemos sido y lo que son siempre los equipos que entreno. Más allá de que entendamos que es un juego en el que puedes ganar, perder o empatar, vamos a elegir la manera de hacerlo. Eso es lo que más me ocupa como entrenador.

¿Por qué se perdió esa identidad en las dos primeras jornadas?

Lo de las dos jornadas no tiene nada que ver con lo que estamos hablando. Es evidente que no nos parecemos en nada a lo que queremos ser. Eso es cierto y lo asumo. Creo que ya nos hemos dado cuenta de que estamos en la competición, que ya hemos empezado y que si queremos que la cosa vaya bien, necesitamos recuperar el sello de identidad, ese juego que nos identifica y que me gusta porque así lo siento.

¿Qué le ha faltado al Tenerife?

Nos guiamos sobre unos principios, pero no los hemos seguido. A partir de ahí, el equipo se ha despersonalizado un poco.

¿A qué principios se refiere?

Verticalidad. Si no puedo ser vertical, combino, siempre para ser vertical. Ser un equipo agresivo; recuperar la pelota lo más rápido posible para volver a ser vertical; y si no puedes agredir, te tienes que proteger para volver a ser vertical. Esos son nuestros principios. Y así analizamos los partidos, sobre las secuencias, que son las que nos dicen si estamos bien o mal. A día de hoy, esas secuencias no están dentro de los principios.

¿Ese sello del que habla se verá en la visita al Huesca?

Creo que se verá ya, en El Alcoraz, más allá de si estamos más acertados o no. Pero, como entrenador, lo que verdaderamente me importa y siento, y por eso asumo toda la responsabilidad, es identificarme con lo que veo, al margen de los errores, porque este juego lo practican seres humanos y somos imperfectos. Pero el día en que el equipo que yo entrene no me identifique, dejo la profesión. Si estoy mucho tiempo no identificándome, paso. No me ha ocurrido nunca ni me va a pasar aquí, porque sabemos y hemos detectado lo que nos sucede y estamos en ello. Quiero recuperar eso, porque sé que nos va a llevar a ganar más partidos. Es lo único que me ocupa ahora como entrenador.

¿Será fácil recuperarlo?

Sí. Lo es. Pero no hay que olvidar que este deporte, más allá de cómo estés físicamente, tácticamente o técnicamente, tiene una carga emocional importante, y gestionar esas emociones cuando las cosas no van bien siempre es más complicado. Por eso necesitamos saber a qué nos tenemos que coger para poder seguir una dirección y poder marcar el rumbo que queremos. Pienso que sí es fácil, porque, además, el método nos ayuda a ir en esa dirección.

¿Tiene clara la alineación?

Tengo clara la intención. Si nos hemos podido dispersar en algo, no tiene que ver con el "once" sino con la intención. La alineación la tengo clara más o menos, pero no me preocupa eso, sino el desarrollo. Y para que el desarrollo vaya encaminado hacia lo que queremos, necesitamos esa intención.

Ha probado con Jorge y Carlos.

Pueden decir el "once" que les dé la gana. Tengo cuatro centrales de garantías y los muevo en función de lo que quiero entrenar y no en función de un "once".

¿Cómo ve a Jorge?

Muy bien. Tendrá sus opciones. Es el yerno perfecto. Es un chico inteligente y aplicado. Por encima de todo, tiene muchas condiciones. Le va a tocar entrar, seguro, más pronto o más tarde, igual que a Alberto. Pero esto es cosa de todos. La plantilla entera tendrá que poner su granito de arena para que el Tenerife vaya bien.

¿Debutará Tomás Martínez?

No lo sé. De momento está en la lista y tiene las mismas opciones que los demás. Lo que está claro es que tiene más posibilidades esta semana que la pasada.

¿Cambia en algo sus planes la convocatoria de Cristo González para estar en la selección sub''19?

No. Para nada. Cristo debe tener la cabeza en Huesca. Y cuando acabemos, que le vaya bien y que vuelva bien. Me importa el Huesca y no la selección.

¿Es un síntoma más de que el jugador tiene mucho futuro?

Es un síntoma más de que este club cree en la cantera. Cristo tiene que tener el escudo del Tenerife en una mesita de noche y la foto de su entrenador en la otra mesita. Y darles besitos al escudo y al entrenador. Si eso no fuera así, no estaría en la selección, porque para que vaya a la selección hay que ponerlo. Y para ponerlo hay un entrenador. Y para que eso suceda tiene que haber un club detrás que crea en la cantera. Y aquí se cree en la cantera. Esa es la mejor noticia. Pero el fútbol base no es Cristo González. Son todos los chavales que están aquí. Por su juventud y porque, en ese sentido, es el jugador más representativo, estamos encantados con Cristo, pero esperamos que esa aparición que van teniendo se consolide y, de una vez por todas, se confirme que este club sí cree en la cantera.

¿Qué opinión tiene del Huesca?

Acaba de ascender, como el Nástic. Es un equipo intenso; jugará en su campo, que es grande aunque parezca pequeño; viene de sacar su primer punto; ha fichado bien, a jugadores de experiencia; y será un rival duro. Pero lo que más me preocupa somos nosotros.

Es un rival que se le da bien.

Sí. Es mi tierra, además. Y tengo un último conflicto allí, también (se refiere a la rueda de prensa que suspendió en febrero de 2011, tras un partido Huesca-Girona, porque periodistas locales le recriminaron su decisión de responder en catalán una pregunta de un medio gerundense). Pero es mi tierra y vendrá mi familia, mi gente. Igual hasta viene mi madre y todo, y ella no suele ir a los campos de fútbol. Espero no darle un disgusto a la mujer. Si no, la meto en el vestuario para que le diga tres o cuatro cosas al equipo. Sí es un campo que siempre se me ha dado bien, pero no deja de ser una estadística. No solo se me ha dado bien, sino que siempre he ganado allí.

¿Qué tipo de partido espera?

Muy intenso, con fases de juego directo, con otras de repliegue, de ataques más posicionales... Pero, sobre todo, muy intenso. En la pretemporada nos enfrentamos a equipos de buen nivel, pero todos eran de jugar. Ahora, al empezar el campeonato, nos hemos encontrado con rivales que practican un juego directo. Y ahí nos hemos desubicado un poco. Creo que en Huesca será más de lo mismo.