Experiencia ganadora frente a pujante juventud con enormes ganas de comerse el mundo, la primera ronda del DISA Campeonato de España Profesional Femenino, que se disputa en el tinerfeño Abama Golf, ha escenificado con claridad la actual realidad del golf femenino profesional español, un escenario en proceso de transformación que ha catapultado, a las primeras de cambio, a la alicantina Leticia Ras-Anderica, que en su descarado estreno como jugadora profesional -tenía estatus amateur hasta el pasado lunes- se ha permitido el lujo de comandar la clasificación con 70 golpes (2 bajo par).

Al acecho, vigilante, con el poso que otorga haber ganado este mismo torneo hace doce meses y presentar una hoja de servicios repleto de actuaciones valerosas en múltiples frentes de carácter profesional, la jugadora tinerfeña María Beautell ejerce de contrapunto al fervoroso ataque de las nuevas promesas del golf español, donde la madrileña Marta Sanz se encuentra, al igual que la canaria, al acecho, con 71 golpes, presentando sus credenciales en una competición que ya vislumbra un final revestido de igualdad, emoción e incertidumbre.

Las tres golfistas citadas fueron las únicas capaces de batir al recorrido de Abama Golf, el fiero enemigo silente de un torneo doméstico donde sus participantes tienen como referencias indiscutibles a las Azahara Muñoz, Carlota Ciganda, Belén Mozo, Beatriz Recari y María Hernández, felizmente instaladas en compromisos del más alto nivel a los que muchas de las presentes aspiran a vivir en primera persona de aquí a no mucho tiempo.

Es el caso de las cuatro siguientes clasificadas, todas ellas con el par del campo, comandadas por Patricia Sanz, hermana de Marta, enfrascadas ambas en conseguir la tarjeta del Circuito Americano Femenino a través de la Escuela de Clasificación. O de Nuria Iturrios y Natalia Escuriola, otras dos neo pros, bautizadas como la líder Leticia Ras-Anderica el pasado lunes, a las que no les amilana lo más mínimo batirse con las golfistas profesionales de este país.