Terapia de vestuario por parte de los veteranos en una situación delicada, un planteamiento práctico y eficaz, una respuesta correcta de los futbolistas en la búsqueda de un resultado más que necesario partiendo de una defensa sólida...

Al Tenerife le salieron los planes en su intento de poner fin a una serie de cinco partidos (cuatro de Liga y uno de Copa) sin ganar. Del feliz desenlace de una semana que resultó tensa y de la lectura posterior de los futbolistas, se extrae la conclusión de que el equipo supo gestionar con éxito un momento de la temporada que pudo condicionar el proyecto de manera prematura, principalmente por las dudas que se estaban generando en torno al técnico, Raúl Agné.

En esa tesitura, la plantilla tiró de oficio, de recursos que, en teoría, aportan soluciones seguras. Y tuvo recompensa. La derrota por 0-2 ante el Oviedo de la cuarta jornada de Liga activó un plan especial de actuación. Para empezar, los jugadores con más rodaje dieron un paso al frente. "Los más expertos hablamos en el vestuario para tranquilizar un poco los ánimos. Sabíamos que los resultados positivos tendrían que llegar más pronto que tarde si éramos responsables y hacíamos las cosas como en Palamós", revela uno de esos futbolistas curtidos, el defensa central Carlos Ruiz, para quien "el grupo demostró madurez" en una "semana dura".

La parte psicológica de la preparación del partido no resultó agotadora por la "unión que hay en el vestuario", cuenta el defensa granadino sobre un plantel al que le sobra entusiasmo. "Teníamos muchas ganas de darle una alegría a la afición y también a nosotros mismos, porque creo que lo merecíamos".

Luego, una vez en el césped, la pauta a seguir estaba clara. Por encima de todo, era crucial no recibir goles, sobre todo en los minutos iniciales, ya que en tres de los cuatro encuentros anteriores, el Tenerife encajó el primer tanto antes del minuto 10. "Tener el marcador en contra tan pronto siempre es un mazazo, y más aún cuando las cosas no van bien, así que una de las premisas en Palamós era dejar la portería a cero", apunta Carlos Ruiz, orgulloso por haber finalizado el choque con esa parte de la misión cumplida.

La fortaleza defensiva permitió que guion fuera desarrollándose tal como estaba previsto. "Lo planteamos bien. Hicimos un partido serio y estuvimos bastante cómodos atrás, porque defendimos bien y lejos de la portería. Luego, en ataque estuvimos acertados".

Los blanquiazules sabían que no era una tarde para adornarse en el juego. "En ese campo, pocos equipos van a jugar bien, porque el terreno es pequeño y se presta a practicar un fútbol directo", añade el zaguero andaluz. "Nos adaptamos a la perfección y realizamos el tipo de partido que tocaba. En realidad, tampoco estábamos para hacer muchas florituras en cuanto a la salida del balón porque no teníamos confianza, pero iremos creciendo desde los resultados y el juego será más vistoso", advierte Carlos, convencido de que no tardará en notarse el efecto del primer triunfo. "Espero que nos sirva para soltarnos y aprender que cuando jugamos con seriedad y no cometemos errores tontos, podemos competir contra cualquiera".