Raúl Cámara está de aniversario. Un día como el de hoy, hace justo diez años, el lateral madrileño jugó su primer partido en Segunda División A. Lo hizo con el uniforme del Sporting de Gijón y con el estadio de El Molinón como escenario. Enfrente, el Castellón. En su memoria, un sinfín de recuerdos.

Un par de meses antes, el madrileño había logrado pasar de la plantilla del filial asturiano al grupo profesional. Con el dorsal 27 en la espalda, Cámara tenía todavía pendiente el desafío de hacerse un hueco entre los mayores. Para ello tuvo que esperar a la séptima jornada. Antes se había acercado a ese objetivo hasta el punto de entrar en un par de convocatorias.

Y, al fin, le llegó su oportunidad. En el partido anterior al de su debut, el lateral que estaba siendo titular, Sastre, tuvo que ser sustituido en el minuto 20 de una visita al Almería. Raúl pensó que le iba a tocar salir. Pero se quedó con las ganas. "Creo que al técnico (Ciriaco Cano) le dio miedo apostar por mí y decidió meter a un extremo para que jugara en la defensa, y la cosa no salió bien. Luego, como Sastre causó baja, me dio la alternativa", rememora. "Tuve la suerte de estrenarme en El Molinón. Vinieron mis padres. No pude aguantar todo el tiempo y me cambiaron en el minuto 80. Pero ganamos por 2-0 al Castellón. Allá, en Mareo, quieren mucho a los canteranos y el público me aplaudió bastante cuando salí del campo".

A partir de aquel 9 de octubre de 2005, intervino en 257 partidos de Segunda y 17 de Primera. En ese recorrido vivió alegrías inolvidables, como la del ascenso del Sporting a la máxima categoría en 2008, y decepciones que marcan una carrera, principalmente la de la caída del Xerez a la Segunda B.

Al hablar del principal éxito se refiere a un acontecimiento "espectacular", porque el club gijonés "llevaba diez años en Segunda y lo estaba pasando bastante mal" por sus "penurias económicas y sociales". En definitiva, fueron "los peores momentos de la historia" del club gijonés. "Conseguimos un ascenso con muchos chicos de la casa y sin que nadie nos diera como candidatos. Había muchas ganas de subir y el festejo fue inolvidable".

Cinco años más tarde, Raúl probó la parte más amarga del fútbol, pues asistió, como futbolista del Xerez, al descenso del conjunto de Chapín. Fue una etapa "traumática", pero también le sirvió para "valorar más" su profesión. De hecho, considera que en esa temporada, la 2007/2008, aprendió "más cosas que en las etapas más felices". El defensa no le desearía algo igual a nadie, porque los inconvenientes que acompañaron al equipo dieron para "escribir un libro", pero con el tiempo ha aprendido a extraer una lectura positiva de aquella dolorosa experiencia.

Después de una década como profesional, echa la vista atrás y reconoce que nunca imaginó estar tanto tiempo en la primera línea de la competición. "Si soy sincero, siempre imaginé menos. Todo lo que me ha ido llegando lo he valorado muchísimo. Cuando empecé a jugar y firmé con el Sporting B, pensaba simplemente en poder tener alguna oportunidad allí, pero también es algo que veía muy lejos. Al final, con humildad, trabajo, constancia y suerte, y aprendiendo de los compañeros y de los entrenadores, he logrado mantenerme, y creo que es más difícil eso que llegar. Han pasado diez años y ni me he enterado".

Con 31 años de edad y contrato con el Tenerife hasta junio de 2017, sostiene que se encuentra en un momento óptimo. "Espero alargar mi carrera lo máximo. Físicamente estoy muy bien y la ilusión es la misma del primer día". ¿Queda Cámara para rato? Sonríe y garantiza que "trabajo y pelea" no van a faltar. Ya son diez años así. Y que sean muchos más.