La "carrera del siglo", la que proclamará mañana al nuevo campeón del Mundo de MotoGP, ha colapsado ya Valencia con la presencia de miles de moteros que han llenado sus calles de un colorido y bullicio especial y la han llevado prácticamente a la plena ocupación hotelera.

Si la localidad de Cheste, en la que se encuentra el Circuito Ricardo Tormo, reúne a miles de moteros en la fiesta de cierre de temporada, Valencia y su área metropolitana prevén alcanzar el 95 % de ocupación hotelera, un 5 % más que el fin de semana de la carrera del año pasado, según los hoteleros.

Con el cartel de entradas agotadas desde casi un mes antes de su celebración y precios medios de 83 euros, Cheste se prepara para acoger una gran lucha deportiva avivada en los últimos días por la polémica surgida en Malasia entre el piloto italiano Valentino Rossi, que fue castigado y que se juega el Mundial, y el español Marc Márquez.

Aunque el perfil del turista que llega a esta cita es prioritariamente nacional este enfrentamiento y el hecho de que se juegue todo en esta cita ha hecho que se dé "un repunte" de seguidores italianos, como confirma a EFE la Federación Hotelera de la Comunitat Valenciana.

La noche del viernes, las avenidas de Valencia ya se vieron inundadas por el especial bullicio de los moteros que, al margen del acontecimiento deportivo, aprovechan su estancia en la capital valenciana para disfrutar del ocio nocturno y del buen tiempo diurno.

También la localidad que acoge la carrera ve crecer su población en estos días y especialmente la zona habilitada de acampada en el polideportivo municipal de Cheste, con cabida para unas 3.500 personas, espera lleno total.

Según confirma a EFE su responsable Silvia Giménez el 80 % de los que se alojan son españoles aunque también han muchos ingleses y que la polémica en la que se ha visto envuelto Rossi hace que este año "haya más italianos que en otras ediciones".

Está previsto que durante tres días visiten Cheste más de 200.000 personas, según los datos del delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, quien anunció un dispositivo de seguridad con 1.500 agentes de varios cuerpos, especialmente de la Guardia Civil, y un operativo especial de Tráfico.

Entre ellos están moteros "repetidores" como Vicente Jorner, de Sueca (Valencia), que asegura que a un estadio de fútbol no va, "pero a Cheste no faltamos" por el ambiente que hay y la "gran familia" que forman todos los motoristas.

Rubén Sazar ha llegado desde Miranda de Ebro, con un grupo de moteros de Álava y Palencia, y reconoce que cada año "ya arreglamos el trabajo para poder estar en Cheste", mientras que el alavés Andrés Palacios destaca que además de movilizar a mucha gente este año en Cheste "se juega el Mundial".

Para evitar las largas colas que se forman de acceso al circuito, este año se ha incluido una cuarta ruta de acceso, además de otra vía de emergencia y una nueva zona de aparcamiento con capacidad para 3.000 plazas.

Los organizadores del evento esperan que con estas mejoras se pase de estacionar 110 vehículos por minuto a más de 130 y que el impacto económico supere los 38 millones de euros, con un gasto medio por persona de 368 euros, según un informe de la multinacional Millard Brown.

El buen tiempo que se espera durante el fin de semana en la Comunitat Valenciana también hace que los aficionados del Gran Premio de Motociclismo puedan hacer un hueco en sus agendas deportivas para pasarse por la playa y disfrutar de una buena comida en los restaurantes del paseo.

La edición de este año llega precedida de las reunión que ya han mantenido los responsables de las empresa organizadora del Gran Premio, Dorna, cuyo contrato acaba el año que viene, con el Gobierno valenciano que reconoce el éxito de esta cita pero que quiere negociar una rebaja del canon en el nuevo contrato.