Aquel 17 de junio de 2001 es una de las fechas inolvidables para cualquier aficionado del CD Tenerife. Butarque acogió el duelo contra el Leganés de la última jornada de un Campeonato infernal, que finalizaría con el ascenso blanquiazul gracias a un gol de falta de Hugo Morales que todo buen tinerfeñista tiene grabado en su retina. El entrenador era Rafa Benítez, ahora en el Real Madrid, y dirigía a una plantilla variopinta. Su capitán era Pep Martí, técnico blanquiazul desde el pasado jueves. Pero no es el único que ha dado el salto al banquillo.

Catorce años después, más de la mitad de aquel grupo dirige ahora desde la banda o forma al menos parte de algún cuerpo técnico. Da igual la categoría o el país, pero la coincidencia es grande. Si Martí se retiró el pasado mes de mayo como futbolista con 40 años, pocos le han aguantado el tirón. Además de Antonio Hidalgo (hasta el pasado martes en el Cornellá), solo el mexicano Gerardo Torrado sigue jugando.

Algunos tomaron otro camino (Fran Caínzos, Basavilbaso, Álex Castro o Marioni), otros tienen su futuro por definir (Luis García) y algunos han elegido una vida empresarial (Sergio Aragoneses y Javi López) sin desvincularse del deporte de forma completa. Es el caso también de Pier, que aspira a la presidencia del Tenerife. Pero la mayoría miraron al banquillo.

Los porteros Julio Iglesias y Bartual se han especializado en su posición. El primero entrenó a los guardametas de Xerez o Salamanca y el segundo ejerce en las categorías inferiores del Valencia. En la base, pero del Atlético de Madrid, está también Dani. El que fuera lateral o interior derecho blanquiazul es el segundo entrenador del equipo C de los rojiblancos. También fue entrenador del juvenil del Estrella Alexis Suárez, que recientemente se ha sacado el título de técnico UEFA Pro y espera una nueva oportunidad.

También con los niños, pero en una escuela de Marbella (Xarblanca) ha trabajado Juan Jesús Cabrera, cedido por el Betis aquella temporada 00-01. También dedicado a la tecnificación está Federico Lussenhoff, que abrió un centro especializado en su ciudad, Venado Tuerto. No obstante, también se sentó recientemente en el banquillo del Sport Rivadavia.

En Argentina vive Hugo Morales, autor del gol del ascenso, que sorprendió hace unos meses descolgando las botas para ayudar al Centro Estrada de Bellavista. El club, que militaba en la Federal C, perdió por lesión a su mediapunta y Huguito no se lo pensó. "Aprovecho que he bajado unos kilos", dijo. Dejaba por un tiempo de ejercer como ayudante del primer entrenador del equipo.

Ese cargo, el de segundo, lo ejercen otros blanquiazules de aquella mágica temporada. El brasileño Barata es asistente en el América de Natal en su país. El ruso Igor Simutenkov ayuda al prestigioso técnico luso André Villas-Boas en el Zenit de San Petersburgo, un equipo de "Champions". También desarrolla esta labor Ayoze Díaz, pero en el Granadilla Tenerife Egatesa de Primera femenina.

El cargo de primer entrenador queda para Pablo Paz (San Isidro de Preferente) o Curro Torres, que dirige al Valencia Mestalla en Segunda B. En esa categoría hizo Mista las prácticas en el Huracán Valencia. Luego dirigió al equipo de jugadores en paro de la AFE. De momento, el que más alto ha llegado es Martí. A pocos de aquel vestuario les extraña.