El jugador referencia del Tenerife es, desde el retorno a Segunda División A, Aitor Sanz. Cuando él no está, el equipo baja notablemente su rendimiento. Si juega pero no lo hace a su nivel, también. El pasado sábado, ante el Alavés, desplegó su mejor versión. Por eso, preguntarle a él sobre el cambio de técnico puede ayudar a conocer cómo se siente el vestuario blanquiazul. "Es una persona bastante normal, exigente en los entrenamientos, que son muy dinámicos y nos mantienen en tensión", afirma para describir a Pep Martí en un primer vistazo.

Con 40 años y su retirada tan próxima en el tiempo, al "míster" no le ha costado alcanzar la mente de sus jugadores. "Está claro que tiene muy presente aún la etapa de futbolista. Eso hace que te llegue su mensaje y que sepa las situaciones en las que nos podemos encontrar", descubre el mediocentro tinerfeñista. Como capitán, fue uno de los elegidos por el técnico para darle a conocer las normas disciplinarias. "No nos dijo nada rebuscado. Es de los que hacen la convivencia fácil", agrega.

Los cambios futbolísticos también se notan. Aunque lleva apenas una semana en la Isla, Aitor tiene claras las intenciones de Martí. Algunas se empezaron a ver ante el Alavés. "Hay cositas y las vamos trabajando poco a poco. Le gusta estar en campo contrario y apretar arriba. Es verdad que habrá rivales que te metan más atrás. Pero le gusta que robemos en campo contrario para salir rápido y hacer daño al rival", explica el jugador blanquiazul añadiendo que está fórmula le puede venir bien al Tenerife porque tiene "bastante despliegue físico y sabe apretar bien. Es una virtud a explotar si se logra robar con pocos metros hasta la portería. Sería más fácil generar peligro".

De todas formas, Aitor Sanz sabe que las varitas mágicas no existen y que la victoria del pasado sábado, "que ha venido bien desde el punto de vista anímico", tuvo que ver también con la reacción habitual ante un cambio en el banquillo: "Está claro que cuando viene un entrenador nuevo siempre elevas los niveles de atención y eso ayuda a mejorar los niveles competitivos". Por eso, el vestuario es consciente de que "queda camino por recorrer" y fija el objetivo en "enlazar dos o tres resultados positivos".