"La solución es Rafa Benítez". Con esa rotundidad respaldó el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, a su entrenador, mostrando un apoyo total de una directiva unida y sin una voz discordante que apostase por la destitución del técnico, extendiendo una política deportiva que ha mantenido los diez últimos años.

Desde diciembre de 2005, cuando Florentino Pérez puso fin a la andadura del brasileño Vanderlei Luxemburgo en el Real Madrid, el presidente madridista nunca ha tomado una decisión drástica para el banquillo blanco. En los malos momentos siempre ha apostado por mantener la calma, dar continuidad al trabajo y esperar hasta final de temporada para hacer balance.

Es la filosofía que la directiva del Real Madrid ha puesto en práctica con Benítez tras dos derrotas consecutivas, la última la más dolorosa posible, goleado por el Barcelona, eterno rival, en el Santiago Bernabéu (0-4).

Ni los cuatro tantos del Barcelona han provocado que algún directivo estuviera en desacuerdo con su presidente. Confianza para Benítez y una apuesta clara: dejarle trabajar.

El mensaje transmitido por el máximo mandatario del club era esperado por los periodistas que llenaban la sala de prensa. Máxima expectación en el Santiago Bernabéu a una comparecencia de 24 minutos, cuyo mensaje se difundió a todo el mundo.

Con rostro serio ante el momento delicado deportivo del Real Madrid, pero con un mensaje de optimismo: clasificados para octavos de final con firmeza en la Liga de Campeones y sin nada perdido en la Liga, a seis puntos del líder.

La directiva blanca opina que las lesiones que han asolado al conjunto madridista en el inicio de temporada han sido un factor clave para que aún no se haya visto el verdadero nivel del Real Madrid. Florentino Pérez repitió en tres ocasiones que la situación actual viene heredada, en una caída del equipo desde el mes de enero que no supo controlar Carlo Ancelotti y acabó costando el puesto al técnico italiano por la falta de títulos grandes el pasado curso.

La "profesionalidad, trayectoria y experiencia" de Benítez generan total confianza en el técnico de los máximos mandatarios del club. Confían en que la fórmula tiempo más trabajo será la mejor solución. Para ello, el técnico tiene todo el poder para tomar decisiones. Florentino insistió en que nunca "sugiere a nadie" y no condiciona las alineaciones de ninguno de sus entrenadores.

En trece temporadas en la presidencia tan solo cortó dos proyectos. El primero, el de Mariano García Remón, vino heredado por la renuncia de José Antonio Camacho. El caso de Luxemburgo es el único en el que la situación inestable del equipo provocó que se optase por el cambio a mitad de temporada. En el presente, las cosas han cambiado. Florentino Pérez denuncia una persecución mediática: "Hay una campaña contra mí". No le hará adelantar la fecha de las elecciones.

La defensa del presidente no fue solo a la figura de su entrenador. Se extendió a la plantilla. "Son unos magníficos jugadores que darán alegrías", afirmó. La imagen dejada ante el Barcelona en el clásico no provocó ni una crítica, convencido de que no hubo falta de actitud, sino que tan solo fue "un mal partido".

El fútbol siempre presenta con rapidez la oportunidad de levantarse. La visita a Donetsk en Liga de Campeones, a Ipurúa en Liga y la llegada de la Copa del Rey deben cambiar el panorama. Los resultados son los que ratificarán a Benítez o agotarán un proyecto que acaba de empezar.