LA CAMPEONA Michelle Alonso, quien el pasado fin de semana logró en el Open Tenerife 2016 celebrado en el T3 de Adeje, la mínima para la Paralimpiada de Río en la prueba de 100 Braza, visitó ayer la redacción de EL DÍA. Y lo hizo acompañada de su entrenador, José Luis Guadalupe.

La nadadora del ADEMI Tenerife se ganó las simpatías de la redacción con su sencillez y sonrisa, dejando constancia de su madurez, ello a pesar de sus 21 añitos.

"Conseguir esa mínima exigida para estar en Río ha sido impresionante, una gran alegría, porque he entrenado mucho para ello", indicó la mejor deportista de Tenerife en dos ediciones.

"La verdad es que no me esperaba hacer una buena marca, pero la prueba me salió bastante bien, agradezco a dos compañeras que fueron amables conmigo y acudieron a la prueba porque no tenía mucho pique y con ellas en la piscina me motivé un poquito", indicó sonriendo Michelle. Guadalupe apuntó al respecto que "son niñas de edad infantil que hacen natación convencional, y son las que más cerca de ella en registros".

Su marca en el T3 de Adeje fue de 1.14.91 y su mejor crono era 1.15:86, lograda en Eindhoven en 2014. "Así es, me quedé a solo 47 centésimas del récord del mundo que ostenta la británica Betthany Firth en 2015, una nadadora muy fuerte, al punto que comparada con ella soy un palillo", indicó sonriendo nuestra campeonísima.

Una nadadora que será clara rival en Río 2016, "además de una holandesa y una rusa. En total son cinco europeas las que seguramente lucharán por el oro en la especialidad de braza en la Paralimpiada", indicó Guadalupe.

Sin duda, Alonso, con este registro en Adeje, se quitó la espinita de un mal 2015. "Fue malo y solo pude lograr una medalla de bronce al ponerme mala con cólicos el día de la final de la competición. Hice una marca mala, pero me recuperé y después hice tres veces mi mejor marca personal", puntualizó Michelle Alonso.

"Eso le sirvió de acicate para madurar, superar su nivel en los entrenos y acudir bien preparada a esta cita en Adeje", destacó José Luis Guadalupe.

La razón del por qué no acude a las concentraciones en el CAR, dijo el entrenador: "Las concentraciones son de 21 días y ella eso no lo aguanta; a ella la pones a entrenar, comer y dormir más de cinco días seguidos y se vuelve loca".

Michelle pertenece al barrio de Santa Clara. "La gente me da las felicidades cuando consigo un triunfo", indicó. Preguntada por sus mejores amigas, fue clara: "Solo tengo una amiga, es Judith Rolo Marichal, también nadadora con discapacidad física en la clase S7".

Dejó claro el entrenador que "de aquí a septiembre, cuando serán las paralimpiadas, el oro estará seguramente en los 1.12, lo que nos obligará a seguir trabajando a un alto nivel en las citas previas a Río".

A la pregunta de si reciben ayudas de las instituciones, dijo que "Michelle tiene muy pocas ayudas, de hecho solo la del Comité Paralímpico y gracias a la medalla de oro. Ella está en el Plan ADO y en función de sus medallas es el importe de la beca. A nivel de instituciones canarias no hay ayudas, solo lo que gestiona el ADEMI Tenerife".

Mireya Belmonte reclamó más protagonismo en la prensa y Michelle, salvando las distancias, opina igual. "Me parece triste; no sé en qué país vivimos. Le dan más trascendencia a lo que rodea al fútbol que a los deportistas que consiguen éxitos para el deporte español", dijo.

La tinerfeña tiene un ídolo en el que fijarse. "Es Teresa Perales".

¿Cómo es un día normal de Michelle Alonso cuando entrena?

"Me levanto a las 7:00, desayuno, mi padre me lleva a la piscina, espero a que llegue mi entrenador, que suele llegar tarde (se ríe), entreno de 9:00 a 11:00 en la piscina Acidalio Lorenzo, también por la tarde, en la Casa Cuna". A lo que Guadalupe añadió: "También dos veces en semana acude a San Juan de Dios donde hace un entrenamiento específico con Isaac Rojas".

Indicó Michelle que tiene muchos trofeos y medallas en su casa, "están en la sala y los miro todos los días para acordarme de todo lo que he conseguido en la natación", puntualizó. No piensa en la retirada, pero sí podría reducir el número de pruebas tras la Paralimpiada de Río.