Abel Suárez ha decidido dar un giro a su carrera y abandona el CD Tenerife en busca de minutos y una oportunidad algo exótica. Jugará hasta el 30 de junio de 2017 en el ACS Poli Timisoara, conjunto de la Primera División de Rumanía. Dos motivos han animado al jugador a tomar esta decisión. El primero de ellos tiene que ver con su escaso protagonismo en el que hasta ayer era su equipo. José Luis Martí le dejó claro hace diez días que lo iba a tener difícil porque tenía compañeros por delante en sus preferencias. El segundo motivo tiene que ver con la suculenta oferta económica (casi el doble de lo que percibía en la Isla) y deportiva que ha recibido.

"Viendo que no estaba jugando lo que a cualquiera le gustaría, estábamos mirando cosas para salir", cuenta el futbolista majorero, para el que "surgió esta posibilidad, una buena propuesta económica y deportiva". Por eso, no se lo pensó mucho. "Me gustó", afirma con rotundidad. Su decisión, que cuando apareció el interés del Mensajero hace semanas era la de quedarse, cambió después de la conversación con su entrenador. "Me dijo que iba a tener pocos minutos y que tenía compañeros por delante", desvela un Abel al que quedarse "cinco semanas sin ir convocado" le terminó de abrir los ojos. "Desde el partido del Mallorca, en el que jugué como titular, no me ha citado y eso es duro para cualquier futbolista", reconoce.

En ningún momento ha sentido presión para que abandonar la entidad. Incluso, agradece que el Tenerife le permitiera elegir. "Me dijeron que si tenía una buena oferta y quería irme, podía hacerlo. Pero no me forzaron a que lo hiciera. Siempre le estaré agradecido al club", asegura.

Analizando las razones de su escaso éxito en estos meses, el mediocentro canario tiene claro que "ha sido una buena experiencia a pesar de todo". No obstante, el hecho de jugar poco resulta definitivo "para saber que tienes que buscarte la vida en otro lado, que tienes que buscar otro reto e ilusionarte". Se va con pena por dejar "a unos compañeros fabulosos" y se queda "con una espinita clavada". Pero los números cantan a la hora de tomar una decisión sobre su futuro: "Solo he jugado dos veces como titular. Siempre entreno a tope y he intentado hacerlo lo mejor posible. Pero el entrenador ha decidido que jueguen otros compañeros. Y cuando no tienes continuidad es muy difícil. Cualquier futbolista necesita tener minutos para alcanzar su mejor estado de forma".

En esta tesitura, la posibilidad de jugar en el extranjero le atrajo desde el principio. "Lo tenía en mente para un poco más adelante, pero salió esta posibilidad de tener un año y medio de contrato y la verdad es que estoy contento de tener esta oportunidad", declaró Abel. Se va a "un histórico de Rumanía, que ha jugado Champions, UEFA y que tiene un buen estadio y unas buenas instalaciones". Son otros motivos para afrontar esta aventura. Es verdad que es otra cultura, otra liga y demás. Pero el majorero se ha encargado de recordar que lleva "diez años fuera de casa" y que no le asusta "para nada" este reto que afronta. "Voy muy ilusionado. No tengo miedo, sino ganas", reitera con decisión.

Contará con el apoyo de dos españoles que militan en el Timisoara, que son Javi Hernández (ex-Castilla), primo de Guti, y Fernando Llorente (ex-Sabadell). "Seguro que eso me hará más sencilla la adaptación", comenta.

De momento vive días atareados. Se despedirá hoy de sus hasta ahora compañeros y prepara ya el traslado a Rumanía. Será mañana cuando, ya con las maletas preparadas, afronte el viaje. El 13 de febrero sería su primer partido contra el Voluntari, una vez se reanude la competición tras el parón invernal. Su equipo está en la undécima plaza y luchar por eludir el descenso a Segunda.