Thierry Rua Moutinho (Ginebra, 26-2-91) debutó el pasado fin de semana como jugador local en el estadio que fue escenario de su único gol de esta temporada, el Heliodoro Rodríguez López. "Mou" considera esta casualidad "una señal" de un cambio de destino que no imaginó que se iba a producir en la mitad del curso.

Menos de una semana en la Isla, pero ha dado para mucho.

Estoy contento. Me han acogido muy bien en el vestuario, en el club, en la ciudad... Estoy a gusto y, lo que es más importante, voy cogiendo el estilo del equipo.

Parece que lleva más tiempo.

Es que este grupo es muy bueno en todos los sentidos. Me facilitan mucho las cosas. Y en el campo, igual. Lo que pasa es que esto es fútbol y tampoco es tan complicado adaptarte. Sí reconozco que el sistema de juego del Tenerife es un poco distinto al que teníamos en el Mallorca, pero lo estoy captando sin problemas.

¿En qué se diferencian?

Creo que el Tenerife trata de ir más rápido adelante. En el partido con el Huesca vimos que este equipo tiene un muy buen control del balón y ataca siempre. Pero cada encuentro es diferente.

¿Quién le está sirviendo de guía para integrarse en el grupo?

La verdad es que todos han dado conmigo para hablar. Luego, cuando salgo de los entrenamientos voy a casa con el Choco, porque somos vecinos. Él es quien me deja y me trae. Es muy buena gente. Nos llevamos bien.

Tenía referencias de Martí por su pasado común en el Mallorca. ¿Es como le habían dicho?

Se nota que es una persona muy buena. Además, ha jugado mucho al fútbol y sabe bien de qué va esto. Como dejó de ser jugador hace poco, sabe lo que sentimos los futbolistas en el campo. Nos entiende a la perfección.

¿Esperaba debutar tan pronto?

Esa era mi intención. Reconozco que entré al campo con una mezcla de nervios, ansiedad y muchas ganas de jugar. Por esa razón, quizás los primeros minutos sobre el césped fueron un poco difíciles para mí. Pero luego me fui soltando y estoy convencido de que podré ir a más a medida que transcurran las jornadas del campeonato.

¿A qué achaca el nerviosismo?

A que quieres hacerlo todo muy bien cuando llegas a un sitio nuevo. A lo mejor tienes solo cinco minutos para poder encontrarte en el campo y demostrar. Pero si sabes jugar, te salen las cosas.

¿Intuye que tendrá protagonismo en los meses de cesión que pasará en el Tenerife?

Voy a pelear para eso. Luego, el míster es quien tendrá que decidir. Él elige las alineaciones. Cada uno se lo tendrá que currar.

El Tenerife pierde a Alberto por sanción con vistas al partido ante el Oviedo. Siendo extremo zurdo, ¿podría incluso ocupar un puesto en el centro del campo?

Puedo actuar ahí como enganche con el punta. De todas formas, jugaré donde pueda ayudar.

¿Tenía claro que iba a salir del Mallorca en el mes de enero?

No, porque venía jugando y creo que lo estaba haciendo bien. Pero me llamó mi representante y me dijo que tenía la posibilidad de ir al Tenerife. Hablé con él, me pareció una oportunidad muy buena y vine sin pensarlo más.

¿Fue su única oferta?

Sí, fue la única propuesta que me planteó mi agente. Como lo estaba jugando todo en el Mallorca, supongo que ningún club más pensó en mí para ficharme en enero. Además, tengo contrato hasta el 30 de junio de 2017.

Supongo que se acordaría del gol que marcó en el Heliodoro el 12 de diciembre con el Mallorca.

Sí. Me paro a pensarlo ahora y me parece una señal de lo que acabó pasando. Yo intento marcar y aportar cosas en cada partido, pero solo lo conseguí aquel día en el Rodríguez López.

¿Qué le pareció el ambiente en el estadio el día de su debut?

Me encantó. Es un estadio muy guapo y la afición estuvo animando de principio a fin. Se nota que la gente quiere que el equipo llegue a algo importante en la Liga.

¿Qué le diría al tinerfeñismo?

Que siga acudiendo al campo, como pasó en el partido con el Huesca, porque fue un espectáculo. Y que siga creyendo.

¿Cómo describiría la situación que dejó en el Mallorca?

Hay una plantilla muy buena. La calidad del grupo es muy alta. Pero los resultados no estaban llegando. Aun así, estoy seguro de que el equipo saldrá adelante.

¿En el Tenerife ha encontrado otro panorama diferente?

No creas. El grupo del Mallorca también es muy sano. Allí hay gente comprometida y muy trabajadora. Aquí también es así. Los compañeros se esfuerzan mucho y saben lo que hay que hacer para poder ganar. Son muy buenos.

¿En qué lugar imagina al Tenerife al final de la temporada?

Ante todo hay que tener en cuenta que la Segunda División es una categoría muy igualada. Hay muchas plantillas de nivel. Además, tampoco hay un equipo como el Betis de la temporada pasada, que logró una ventaja y marcó distancias con los demás. Habrá que pelear hasta el final.

¿Le da opciones al Tenerife de competir para promocionar?

Sí, claro. Pongo un ejemplo: si no nos hubieran marcado el gol del empate en el partido con el Huesca, nos habríamos puesto a seis puntos del sexto y todavía quedan 18 partidos por delante.

Se trata de su cuarto club en España. ¿Cómo empezó todo?

Mi primera experiencia fue la cesión al Badajoz. Acabábamos de ascender a la Primera División de Suiza con el Servette, al que había llegado con 17 años después de empezar en el segundo equipo en importancia de Ginebra. Entonces surgió la posibilidad de salir a préstamo. En realidad tuve ofertas de otros clubes de Suiza, pero cuando me dijeron que podía fichar por un equipo español de Segunda División B, no me lo pensé dos veces. El balance fue positivo: jugué bastantes partidos y marqué cinco goles en aquellos seis meses. A continuación regresé al Servette, pero me quedaron ganas de volver a España para seguir creciendo y evolucionando.

Y el Albacete le brindó esa posibilidad de retornar.

Claro. Y las cosas me fueron aún mejor, ya que viví el ascenso a Segunda División. Fue algo muy bonito. Luego, en la siguiente categoría no tuve tantos minutos como me habría gustado, aunque lo hice bien cada vez que participé. Así me llegó la oportunidad de firmar por dos años con el Mallorca.

¿El Albacete no le ofreció la opción de ampliar su contrato?

La verdad es que sí estuvieron pendientes para poder renovarme. Existió ese interés. Pero las gestiones tardaron un poco y cuando me propusieron incorporarme al Mallorca, acepté.

¿Qué pasó con el Servette?

Tenía contrato allí, pero las cosas no me fueron bien en ese club. No contaban conmigo y lo estaba pasando mal. Decidí marcharme. Lo cierto es que siempre tuve la aspiración de jugar en España y ahora que estoy aquí, peleo para continuar en la Liga y seguir aprendiendo cosas.

Nació en Suiza, pero tiene raíces portuguesas. ¿Se siente más de un país que del otro?

Mis padres son portugueses, pero emigraron a Suiza teniendo poco más de 20 años e hicieron su vida en Ginebra. Realmente me siento de los dos sitios. No puedo decantarme por uno, porque Suiza me lo ha dado todo. Allí nací y fui al colegio y estudié. Pero tengo una parte de mi sangre que es portuguesa y eso también cuenta.

De hecho, ha llegado a jugar con las dos selecciones nacionales en categorías inferiores.

Sí, con ambas; hasta la sub''19 con Suiza y luego con la sub''20 de Portugal. Lo bueno es que tengo la posibilidad de seguir jugando con cualquiera de las dos. De momento no he podido debutar con ninguna selección absoluta. Lograrlo es otro de mis sueños.

¿Cómo se las arregla para manejar tan bien el castellano?

Tengo la ventaja de hablar portugués, pero no he ido a clases de idiomas ni nada por el estilo. Lo que sé lo he aprendido por estar en España y hablar con la gente.