Jairo Izquierdo ha pasado del ostracismo a la titularidad. Y lo ha hecho sin levantar la voz, agachando la cabeza y dedicándose a trabajar en cada entrenamiento para cambiar la opinión de José Luis Martí sobre su aportación. A la vista está que lo ha conseguido. En los dos últimos encuentros, ante el Nástic de Tarragona y el Huesca, ha estado en el once. "La verdad es que agradezco tener la oportunidad de ser titular y disponer de continuidad, pero a partir de ahí solo hay que pensar en el siguiente partido para saber si sigo teniendo minutos", expone el jugador tinerfeño que formaba de inicio "desde Lugo". Ese día supuso el adiós de Raúl Agné, con lo que se encontraba en blanco con el nuevo entrenador hasta hace apenas dos semanas.

Incluso, en estas 13 jornadas se ha quedado fuera de las convocatorias en seis ocasiones. Tres de ellas (Alcorcón, Ponferradina y Bilbao Athletic) fueron consecutivas y con el mercado de invierno abierto. Pero siempre tuvo claro que se quedaba. Incluso, trabajó para convertirse en un ejemplo de cómo darle la vuelta a una situación comprometida. "Otros compañeros verán que yo estuve sin jugar y ahora he vuelto a tener minutos", dice para añadir la motivación al efecto que puede tener su entrada en el once. "El entrenador está demostrando que va a poner al que mejor vea", completa.

Una vez dentro, ha actuado en la banda izquierda y en la derecha de forma indistinta. Se ha intercambiado con Omar Perdomo sin problema. "He tenido la suerte de adaptarme a jugar en los dos costados durante los años de filiales y puedo hacerlo sin problema", confirma antes de reconocer que ha ganado "confianza y alegría" desde que ha tenido la oportunidad de entrar. "El equipo está trabajando bien y eso se demuestra en cosas como que no hay un once fijo, sino que todos estamos aportando cosas en los entrenamientos", insiste.

Jairo sabe que tiene margen de mejora. "Buscar el uno contra uno, arriesgar en esas zonas y decidir bien", se propone. Pero todo irá poco a poco y de forma natural. El siguiente pasó será repetir en el Nuevo Carlos Tartiere, donde ya tuvo "la suerte de jugar la pasada temporada con el Murcia en Segunda B". El estadio es un lujo y la afición es "tremenda". Por eso, "da gusto" disputar un encuentro allí. Será ante un rival de cuidado, pese a su condición de recién ascendido. "Es evidente que están haciendo las cosas muy bien, pero nosotros saldremos a ganar, como en todos los partidos".

Ni siquiera el de la primera vuelta, su debut en el Heliodoro, sirve como referencia. "Cada partido es un mundo y no tiene por qué parecerse al de la primera vuelta", desea el extremo de Valle Guerra. Por eso, quitarse el "sabor amargo" del choque ante el Huesca es posible este fin de semana.