Alexánder Mesa Travieso (La Laguna, 5/2/1995) afirma que ha "cambiado a mejor" desde que debutó con el primer equipo del Tenerife hace poco más dos años. "Estoy más centrado", confiesa el delantero. Lo demuestra cuando sale al campo, siendo el blanquiazul más productivo en la relación entre los minutos jugados (439) y goles marcados (4) en Liga, y también en su capacidad de análisis.

El Tenerife lleva cuatro jornadas sin ganar. ¿Es solo una racha?

Estamos teniendo mala suerte. Por ejemplo, en Oviedo pudimos hacer algo más para vencer, al igual que contra el Huesca. Pero el grupo está bien y contento, y sabe que ahora llegan partidos importantes. Esperamos que salgan bien. Nuestra mentalidad es ganadora.

¿Qué más debieron hacer?

Me refiero a la mala suerte, a balones que no entran. En Oviedo tuvimos dos mano a mano que Esteban paró. Tratamos de hacerlo bien, pero no siempre entra el balón.

Conviene no fallar el domingo.

Sí. Nos hace falta ganar ya. El Llagostera es un rival directo y un tropiezo nos podría complicar la vida. Esperamos sacar los tres puntos delante de nuestra afición.

¿Hay que conformarse con asegurar la permanencia, sin más?

Tenemos ese objetivo, pero también miramos hacia arriba. Aún quedan bastantes partidos y esperamos garantizar la permanencia. Luego, si se puede, competiremos por jugar la promoción y subir.

En este tramo de cuatro jornadas ha bajado la frecuencia goleadora. ¿Con qué lo relaciona?

A lo mejor estamos teniendo un poco de mala suerte en el remate. Lanzamos de cualquier lado y no entra. También hay fueras de juego que no son y penaltis que no se pitan. Es cosa del fútbol, una racha que esperamos que acabe.

Pero, el Tenerife tiene gol.

Claro. El Choco es el máximo goleador. Es el que está marcando, pero por detrás estamos Omar, Suso, yo y varios compañeros que están anotando. No es un problema de gol, sino de mala suerte.

¿Está contento con su papel? No llega a 440 minutos y suma 4 goles.

Sí. Juego poco, la verdad, pero cuando entro lo doy todo para intentar marcar y darle puntos al equipo. Estoy contento con mi trabajo. Luego, la decisión de que esté más o menos es del entrenador.

Al ser un jugador explosivo, ¿se ajusta más al papel de revulsivo?

Eso lo decide el míster. Para eso está aquí. Es el que manda y analiza si estoy para las primeras partes o para las segundas. Yo trabajo para hacer lo que diga y mejorar.

¿Entiende que el elegido para ser titular sea Antony Lozano?

Es muy buen futbolista. Para mí es un ejemplo a seguir. He aprendido mucho de él. Gracias a sus goles, el equipo está donde está. Y si tiene que jugar él, que lo haga. Es decisión del míster. Lo está haciendo bien para estar ahí.

¿Qué ha aprendido de Lozano?

Me da consejos. Me sirve de mucho verlo entrenar, los movimientos que hace... Gracias a eso, mi rendimiento ha mejorado.

¿En quiénes más se fija?

Tengo compañeros que me apoyan y que están encima de mí para que no me meta en fueras de juego, para que haga las cosas mejor... Aprendo de los más veteranos: Aitor, Ricardo, Carlos...

Lozano se unirá a su selección en marzo. ¿Será su oportunidad?

Sí, ya me he enterado. Pero hay más opciones, como la de Cristo, que es muy buen futbolista. Omar y Suso también pueden jugar ahí. Tenemos buenos delanteros.

¿La decisión del club de no fichar delanteros en enero fue recibida como un mensaje de confianza?

Es que no tenemos falta de gol. El Choco lleva ocho, Omar suma cinco, Suso y yo tenemos cuatro... Estamos muy bien así. No hacía falta fichar más delanteros.

Usted casi fue un refuerzo de invierno hace dos temporadas, pero procedente de la cantera.

Sí. Debuté (18 de enero de 2014) con 18 años ante el Alcorcón. Fue un día muy especial. Cuando pienso que ahora llevo cuatro goles con el equipo de mi tierra, me siento muy orgulloso.

¿Cómo se produjo ese acercamiento al equipo profesional?

Jugando con el Tenerife B, en un partido marqué dos goles. Ese día me cambiaron en el descanso. La verdad es que sé por qué me sustituyeron. Pero Roberto (segundo entrenador del primer equipo en esa temporada) entró en la caseta y me dijo que a la mañana siguiente iba a entrenar con los profesionales. Sé que también fueron a verme en un partido de la Copa Federación y esa tarde también me salieron las cosas bien. Cervera me dio una oportunidad con el equipo de mi tierra, en el que siempre había soñado estar. Fue un privilegio.

Tuvo que salir cedido el Hospitalet en el verano siguiente. ¿No tenía sitio en aquel Tenerife?

Creo que sí tenía sitio, pero entendí que tenía que salir para madurar, vivir solo y volver a la Isla con más fuerza. También le doy las gracias a Agné, porque confió en mí en mi regreso y el club me hizo una ficha profesional.

¿Cervera fue muy influyente?

Fue quien me subió al primer equipo. Estoy muy agradecido.

¿Quiénes le marcaron más?

Domingo Ramos, que me entrenó en el Juventud Laguna. Y luego, Lolo, Juan Carlos y Francis, en el Tenerife. Este último me ayudó mucho en un momento en el que tuve problemas, cosas mías.

¿Cómo fueron sus inicios?

Estuve un año en el Coromoto. A continuación jugué en el Padre Anchieta. Estuve, más o menos, cuatro años ahí. Luego me fui al Juventud Laguna. En este club sabían que podía llegar lejos. Me decían que era cuestión mía. Hoy en día me felicitan. No olvidaré todo lo que viví en esos equipos, sobre todo en el Laguna, que es como mi segunda casa.

¿Es un goleador de cuna?

En realidad, de pequeño empecé de portero, pero no me gustó. Me puse. Quería probar. En mi primer año en el Tenerife hice el campus de porteros, pero no me convenció mucho. Prefería marcar goles.

¿Le ha cambiado la vida?

Sí. Gracias a estar en el Tenerife me ha cambiado a mejor. Estoy más centrado. La gente me quiere.

¿Cómo es un día para Nano?

Llego a casa después de entrenar, almuerzo, descanso un poco, a veces voy al gimnasio... Me gusta reunirme con amigos, dar un paseo, estar con mi familia. Eso es lo más importante que tengo. También me gusta ver deportes, sobre todo cuando hay fútbol.

¿Dónde se ve en tres años?

Me quedo con que ahora soy jugador del Tenerife y con que estoy bien aquí. Quiero estar la mayor cantidad de tiempo posible así.