Ante una situación de crisis se encuentra el seno del Raqui San Isidro. A ocho partidos para finalizar una Liga en la que las sureñas marchan como colíderes y con opciones reales de disputar la promoción de ascenso a Primera División, el cisma se ha instalado entre el grueso de la plantilla y el entrenador Pablo Cano. Tanto es así, que el preparador lagunero está negociando con la directiva granadillera la rescisión del contrato que los une hasta el final de la temporada.

La división, que viene siendo latente desde hace cierto tiempo, se ha extremado hasta el punto de que las posturas parecen irreconciliables. De hecho, según ha podido conocer EL DÍA, Pablo Cano presentó una comunicación escrita tanto al Colegio de Entrenadores como a la propia directiva del Raqui en la que esgrimía la negativa de buena parte de sus jugadoras a acatar sus órdenes en los entrenamientos de la pasada semana.

Desde el grupo no se esconden las enormes diferencias con el entrenador, aunque aclaran que no atañen al plano personal. Tienen que ver más bien con la metodología y la propuesta futbolística que Cano ha intentado implantar desde su llegada, allá por el mes de septiembre del pasado año. Lo que sí parece claro es que tanto el uno como las otras desean que la situación se salde lo antes posible.

Pablo Cano es el séptimo técnico que dirige al Raqui San Isidro en sus poco más de tres temporadas y media de historia (todas, tomando parte en Segunda División). Los seis anteriores fueron Felipe Guillén (2012/13), Roberto Álvarez (2013), Paco Álamo (2013), José Salguero (2013/14), Landy Hernández (2014/15) y Albino Campos (2015). Ningún técnico ha cubierto una campaña completa en la entidad sureña. Todo apunta a que Pablo Cano tampoco podrá hacerlo.