La estadounidense Brittney Reese, campeona olímpica de longitud, consiguió en Portland su tercer título mundial en pista cubierta gracias a su último salto, de 7,22 metros, que relegó al segundo puesto a la serbia Ivana Spanovic, que había dominado el concurso hasta ese momento.

Una semana después de conseguir en la misma pista el título nacional, Reese se ha quedado a un centímetro de su propio récord de los campeonatos, que estableció en Estambul 2012.

Spanovic, medallista de bronce tanto en sala como al aire libre, dominó la final desde su primer salto, de 7,00 metros y creía tener a buen recaudo el título con los 7,07 de su quinto, pero Reese sacó lo mejor de sí misma en su último esfuerzo.

La británica Lorraine Ugen, ganadora del Gran Premio de la IAAF en pista cubierta, se llevó el bronce con 6,93.