Manuel Olmedo, campeón de España de 1.500, y Marc Alcalá, subcampeón, quedaron fuera de la final de los Mundiales en pista cubierta de Portland, el primero por abandono y el segundo por su séptimo puesto en la segunda serie.

En la temporada de su regreso a la elite, Manuel Olmedo llegó con dudas a Portland, temeroso de que la diferencia de ocho horas con España perjudicara gravemente su rendimiento, que a juzgar por su récord nacional de 1.000 metros (2:18.24) y su marca en 1.500 (3:38.25) prometía ser alto.

El sevillano, con barba y perilla recortadas, compitió en la primera serie. Pasaban a la final los tres primeros y tres más por tiempos. Su registro del año era el cuarto entre los siete contendientes.

Olmedo salió cerrando el grupo, del que tiraba el campeón de Europa, el checo Jakub Holusa (1:07.16 el 400), y cuando el etíope Dawit Wolde cambió en el 600, el sevillano, con molestias en el sóleo derecho, según explicó, optó por abandonar la pista.

En la segunda serie, el barcelonés Marc Alcalá, actual campeón de Europa sub-23, tenía la séptima marca entre ocho (3:39.33), de ahí que la empresa de clasificarse resultara para él todavía más complicada.

Alcalá ocupó el cuarto puesto en la fila encabezada desde el disparo por el etíope Aman Wote, que corrió el mil en 2:29.63, un ritmo mucho más rápido que el de la primera serie, lo que multiplicaba las posibilidades de pasar por tiempos.

El español afrontó la última vuelta en un grupo de siete pero uno de ellos se quedaba fuera y el condenado fue él. Las fuerzas le abandonaron en el último cien, de forma que España volvía a quedarse sin representación en una final de 1.500. Su marca de 3:42.02 fue mejor que el registro ganador de la primera carrera.