El barcelonismo en particular, y el fútbol, en general, ha empezado a despedirse de Johan Cruyf, cuya figura ha congregado a más de 15.000 seguidores en el Camp Nou en el espacio de condolencias habilitado por el club y que se mantendrá abierto hasta el martes.

Culés de toda edad y condición, de aquí y de allá, conocidos y anónimos, todos quisieron rendir el último tributo a Cruyff. En el vestíbulo de la tribuna superior, una imagen de Cruyff con un balón de cuero antiguo y una eterna sonrisa recibía a los seguidores.

Rosas granas; un escudo del club con un crespón negro y una enorme inscripción: "Gràcies, Johan", presidiéndolo todo. Abrazos, lágrimas y emocionadas despedidas individuales frente a la foto de Cruyff, el personaje más influyente de la historia del barcelonismo.

Una de las notas más emotivas la puso Joan Laporta, amigo personal de Johan Cruyff y a quien tenía como consejero cuando fue presidente del club entre 2003 y 2010. Laporta se fundió en un abrazo con Bartomeu, con quien luchó en la última contienda electoral, y después definió a Cruyff como "un hombre genial", alguien con "una personalidad excepcional, un personaje que revolucionó el fútbol con su manera de entender este deporte y la vida".

Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, ha considerado que Cruyff es "de esas personas que perduran eternamente". El dirigente llegó al Camp Nou acompañado por el director de relaciones institucionales del Real Madrid, Emilio Butragueño, y de Amancio Amaro. "Son días tristes porque hay personas como Cruyff que no deberían irse nunca", aseguró Florentino Pérez.

Se despidieron de Cruyff, los componentes de la plantilla de baloncesto, exjugadores entrenados por el holandés y excompañeros barcelonistas de Cruyff.

Durante la tarde, el hijo de Johan Cruyff, Jordi Cruyff, se reunió en las oficinas del club con el vicepresidente social, Jordi Cardoner, para fijar una serie de acciones entre ambas partes que se comunicarán.