La imagen de Javi Lara como piedra angular del proyecto 16-17 del Tenerife tiene lógica, tanto por su nivel futbolístico como por lo poco que le ha costado ganarse a sus compañeros y a la afición del Heliodoro Rodríguez López. De ahí que la idea de su continuidad bajo la disciplina blanquiazul haya pasado a convertirse en una prioridad. Entendiendo que nada puede provocar distracciones sobre el presente y la lucha por el "play-off" de ascenso, cada partido que juega el cordobés dispara su cotización. "No quiero pecar de prepotente, pero es que no tenía dudas sobre él y Alfonso Serrano, menos", cuenta Pedro Bravo, "porque llevaba llamándome desde septiembre".

Cuestionado sobre la disposición del club insular para renovar al jugador, su agente traslada la pelota al tejado de la entidad: "Es más una pregunta para ellos". Pero lo hace reconociendo que "deben estar contentos con lo que está haciendo". Incluso, va un paso más allá: "Me consta que es así". El fútbol del centrocampista cordobés ha cuajado en un sitio "donde han estado Redondo o Latorre, que son palabras mayores". Bravo sabía que la Isla era un buen sitio para Javi. "Mis orígenes como representante están ahí y me hace ilusión que pueda triunfar en el Tenerife", confiesa después de verle en acción con cierta devoción. "Es que le ves pisar el balón delante de un contrario y marcharse... Tiene cosas que no tienen otros", explica.

El representante captó al blanquiazul después de verle en una eliminatoria de Copa contra el Real Madrid. "Hizo cosas de jugador de superior categoría y, por eso, en dos años, pasó a Segunda con la Ponferradina y a Primera con el Eibar", relata.

Pero su techo no está ahí. "Javi vive por y para esto. Creo que el fútbol es terriblemente injusto porque tiene nivel para jugar en un buen equipo de Primera", comenta Bravo. ¿Pero por qué no en el Tenerife? Eso intentará Alfonso Serrano, con o sin ascenso.