La visita del Tenerife al Girona sirve de excusa para recuperar a Raúl Agné como protagonista. El último club en el que trabajó visitará este domingo al que impulsó su carrera. El entrenador aragonés, relevado por José Luis Martí después de la undécima jornada de la presente temporada, estará dentro de cuatro días en Montilivi para presenciar un partido con alicientes especiales para él. "Que gane el mejor, no puedo ir con ninguno esta vez", reconoció ayer en Radio El Día.

Seis meses después de su despido, sigue reconociendo que "fue un gusto y un placer" entrenar al Tenerife. "Es de esas experiencias que, a nivel profesional, curten mucho", confesó Agné, que condujo al equipo hacia la permanencia el curso pasado y no pudo completar su proyecto tras ampliar la duración de su contrato por una campaña más. "Es el mejor club en el que he estado y me trataron maravillosamente", destacó Raúl, quien recordó que accedió al cargo "en un momento muy convulso para el club" y afirmó que "lo más normal" fue que no siguiera al frente del equipo tras un desafortunado tramo inicial de la Liga 2015/16. "Más allá de eso, estoy eternamente agradecido".

Agné no ocultó que "hizo algo mal" para que fuera destituido a comienzos de noviembre, pero también dijo que realizó "algunas cosas bien". Con todo esto, llegó a la conclusión de que "si volviera atrás, seguramente haría lo mismo".

Pese a no tener éxito, se mostró "contento" por haber dejado "un buen vestuario" y a un equipo que no dio síntomas de estar "tocado". En ese sentido, opinó que el Tenerife "iba a más", pero "entró en una dinámica en la que no ganaba por una cosa o por otra".

Agné insistió en poner de relieve la "calidad humana" del vestuario y situó al Tenerife entre los mejores de Segunda. "A nivel futbolístico, no creo que haya más de cuatro o cinco clubes que sean superiores, sobre todo con el acierto de Serrano en el mercado de invierno".