Pocas veces se dan las dos caras del fútbol que se pueden vivir en un banquillo de forma tan evidente como esta tarde en el Iberostar Estadi. De perfiles distintos, José Luis Martí y Fernando Vázquez llegan en situaciones opuestas al encuentro de hoy. Solo coinciden en una cosa: el envite es trascendental para el futuro de sus equipos en la competición.

José Luis Martí regresa a su tierra a los mandos de un Tenerife enrabietado por los puntos que le han restado los árbitros. Pero lleno de confianza por el nivel de juego mostrado. Su continuidad en el cargo está ya garantizada para la próxima temporada, pase lo que pase en estas cinco jornadas. La palabra que define su trabajo hasta ahora es ilusión. "Nosotros estamos bien, tenemos sensaciones positivas y si somos el equipo de siempre tendremos nuestras opciones de llevarnos el partido", dijo ayer.

Fernando Vázquez fue la apuesta para sacar al Mallorca del descenso. Lleva dos puntos de 15 posibles en las últimas cinco jornadas, su puesto está en peligro y gran parte de la afición bermellona le señala como culpable. La imagen gris de Albacete es el reflejo del fútbol defensivo que propone su técnico. O eso dicen en Baleares. "El Mallorca tiene que pelear contra los rivales y contra las expectativas. Pueden decir que al equipo le falta profundidad, o gol, pero no que falta actitud", defendió.

Fernando Vázquez se refirió en rueda de prensa a la polémica de la semana en torno a su rival, el CD Tenerife. "Todos, en un momento dado, nos podemos quejar de los árbitros, pero no nos acordamos de ellos cuando se equivocan a favor", criticó para añadir a continuación que él se hubiera quejado "internamente". De todas formas, negó sentirse preocupado por González Fuertes. "No vendrá condicionado. Ellos tienen que estar por encima de estas cosas", dijo.

Sobre el Tenerife agregó que es un equipo "muy peligroso" y que juega "bien". Dio además relevancia a la figura de Martí porque "con él ha salido del fondo de la clasificación".

En cuanto a su situación, restó trascendencia a la posibilidad de ser sustituido por Olaizola, del que aseguró que está "preparado para llevar el equipo" y que es "un empleado del club". También zanjó la polémica sobre la ausencia de un segundo entrenador en el organigrama. "A ver si ahora el problema del Mallorca es que no tengo segundo. Jaume y Miki me ayudan. No me encuentro solo y abandonado", comentó. Por último, resaltó "la cabeza" como clave para superar "situaciones de peligro" como la que vive el cuadro balear.