Jorge Sáenz de Miera cerró la temporada 15-16 con una quincena de presencias en el once inicial, pero ni empezó ni acabó la temporada con la consideración de titular. Germán, un central sin experiencia en Segunda A, acabó ganándole la partida y, de alguna forma, cortando su progresión como futbolista. Por eso, el balance del central tinerfeño es "agridulce" porque, por un lado, jugó "más partidos", pero por el otro no todos los que le hubiera gustado.

Para él hubo un antes y un después de la salida de Raúl Agné del banquillo. "Desde que llegó José Luis Martí, contó conmigo. Estuve en el once inicial. Pero luego las sanciones me castigaron. Lo pagué caro. Eso no me ha beneficiado como jugador joven, que lo que necesita es jugar partidos y acumular experiencia", valora el canterano que agradece al entrenador "que haya contado conmigo", pero pone especial énfasis en "los tres meses que estuve parado", algo que no le viene bien a ningún jugador de sus características. "No me puedo quejar de la temporada, pero ha sido un año con cosas buenas y malas", insiste Jorge porque no ha tenido "todos los partidos que quería tener". Por eso, ha empezado a reflexionar sobre el futuro. "Por encima de todo, tengo contrato y solo tengo ojos para el Tenerife. Pero también es verdad que un futbolista lo que quiere es disponer de minutos", avanzó. Su intención es escuchar a la entidad blanquiazul antes de resolver su futuro. "No olvido que pertenezco al club ni todo lo que me ha dado, pero lo que quiero son minutos y aquí está complicado porque el nivel es muy alto", recalcó sin descartar una salida.

Podría ser una cesión, pero Jorge prefirió no adelantar acontecimientos. "Nunca digas nunca porque te puedes tragar tus palabras. No cierro la puerta a nada", se limitó a exponer deseando "que salga todo bien para ambas partes porque seguro que todos queremos salir beneficiados".