Ayer en Fasnia, El Médano, Arico y Arafo. Hoy en Candelaria. Pier Cherubino hace una pausa en la campaña de promoción de su proyecto para analizar el proceso de renovación del consejo del Tenerife que se producirá el jueves.

¿Cómo le va en la campaña?

Nos han recibido muy bien. Y no me refiero solo a los accionistas, que son los que deciden.

¿Qué está siendo lo peor?

Que la gente está desencantada. Se ve, sobre todo, cuando sales de Santa Cruz. En el Norte percibo que la afición se siente abandonada, porque este es un club cerrado.

¿Cómo se corrige eso?

No recordaba que existiera esa lejanía. En toda la Isla hay muchos aficionados fieles, gente que no se siente partícipe. Y eso se soluciona estando con ellos de vez en cuando, tratando de que el Tenerife entrene en campos del Norte y del Sur, organizando eventos...

¿El proceso está siendo limpio?

Para nada. Se ha jugado sucio, aunque lo nieguen. La plancha de Concepción tiene un listado de accionistas; ha trabajado de la mano del club; hemos visto al jefe de comunicación del Tenerife dirigiendo la campaña; hemos hablado con accionistas para comprar sus paquetes de acciones y el gerente del Tenerife ha llamado para hacer una oferta superior... No es que sean cosas ilegales, pero sí es inmoral y nada honesto ni transparente. Hemos visto un listado de accionistas sin números de teléfono ni DNI. En cambio, ellos manejan toda esa información. Es un proceso que tenían totalmente preparado. Me he encontrado con delegaciones de acciones a Miguel Concepción por compromiso, porque es lo que toca; aunque no digo que en todos los casos sea así. Muchos empresarios importantes me han reconocido que se habían comprometido hace un mes y medio con Concepción, y nosotros hasta un mes antes no sabíamos cuándo se iban a celebrar las elecciones. Y tampoco está bien que un entrenador o el presidente de la Asociación de Veteranos intervengan en la campaña. Públicamente deben mantenerse al margen. Pero pienso que desde el club les han pedido que transmitan esos mensajes o se involucren.

¿Se fracturará más el tinerfeñismo a partir de este proceso?

Mayoritariamente, el accionista quiere un cambio, y hay muchos que apuestan por nuestra candidatura. Pero eso no quiere decir que el grupo principal de acciones quiera lo mismo. Concepción controla un paquete importante. Desde el principio le pedí a esos accionistas que pensaran en el club y no en el compromiso que tienen, pero muchos siguen delegando su voto por intereses. En cambio, la masa social mayoritaria -pero no la que más acciones tiene-, quiere otra cosa. Todo esto, pase lo que pase en la junta del 14 de julio, se va a notar.

¿Qué resultado le saldría si realmente fueran unas elecciones?

Distinto, pero la realidad es otra. El club tiene que estar unido, y los aficionados y el entorno tienen que ir en la misma dirección, y el anterior consejo y el candidato Concepción se han encargado de dividirlo, de abandonar al aficionado, y ahora nos quieren decir que todo va a cambiar. Nosotros defendemos el cambio, y si el 14 de julio no ganamos, no vamos a darnos por vencidos. Estaremos ahí esperando a que se marchen.

¿Dentro de otros 5 años?

No. Esta es una sociedad anónima y cada año hay asambleas. Estaremos ahí, esperando que se cumplan las cosas que se dicen, estando dentro o fuera del club.

¿Qué pasará el jueves?

En la última asamblea, Concepción manejó unas 72.000 acciones y ahora está filtrando la noticia de que tiene las mismas para seguir acomplejando y asustando al aficionado, haciéndole ver que no tiene nada que hacer. Nosotros no tenemos la obsesión de ganar y celebrarlo, como ellos. Queremos que el Tenerife cambie su gestión y haga que los aficionados se vuelvan a sentir partícipes e importantes. Así estaremos no solo hasta el 14 de julio. Si estamos dentro, conseguiremos que todo el mundo se vuelva a involucrar. Y si no es así, seguiremos hasta que cambie; y no va a ser dentro de 5 años, por supuesto.

El candidato Quintero ha propuesto unirse a usted. ¿Es viable?

Representamos a miles de aficionados y a muchísimos accionistas, y nuestros planes no pasan por la unión. Son ideales distintos. No puedo unirme a un proyecto totalmente diferente por interés. Además, ellos han hablado mal de nosotros. Queremos un Tenerife de todos y unir al tinerfeñismo, y pensamos que las otras dos candidaturas no tienen nada que ver; miran intereses personales.

¿Los programas de Miguel Concepción y de Pier se parecen?

No. Hay cosas que han copiado. Ellos pueden hacer las maquetas que quieran de la Ciudad Deportiva, pero nosotros venimos diciendo desde hace tiempo que el primer equipo tiene que trasladarse a la Ciudad Deportiva y que el fútbol base debe tener más importancia. Ellos nunca presentaron un proyecto y ahora quieren basarlo en la Ciudad Deportiva y en la cantera. Es algo que no han hecho en diez años y que nunca van a hacer. Nosotros tenemos una credibilidad que Concepción no tiene. A partir de ahí, nuestro proyecto está claro, es de cantera, con la Ciudad Deportiva como eje principal. Es un proyecto deportivo fuerte, con la parte económica preparada y muy controlada, por supuesto.

¿De qué depende ese control?

Solo con los ingresos que tiene el club y con el aumento de 2 millones de euros de la televisión, el plan de viabilidad está controlado. Además, el Tenerife cumple con los acreedores. Tendremos más ingresos gracias a la reducción de los precios en la venta de abonos, porque se comprarán más, y también por medio de la publicidad y el márquetin. Y hay inversores que están esperando para intervenir. El aspecto económico no es grave, como sí lo fue en su día.

¿Inversores?

Hay empresarios de aquí y también de fuera que quieren participar en la creación de la academia de la Ciudad Deportiva y de una escuela de fútbol en África.

¿Hay algún recurso no utilizado que pueda aportar ingresos?

Sí, pero no vamos a dar ideas. Si tan preparados están ellos, tienen que saber que existen esas fórmulas. Nosotros vamos a generar mucho más dinero con el márquetin y la publicidad. Pero desde fuera no podemos negociar nada. Por ejemplo, respetaremos a Hummel, que tiene un año más de contrato, pero nuestra propuesta es que Adidas sea la marque que vista al Tenerife. La repercusión será más importante.

Con cinco fichajes ya realizados, ¿hay margen en el área deportiva?

Cuando fichas a diez o doce futbolistas por temporada no puedes tener ni estabilidad ni un proyecto. Ya hay cinco jugadores nuevos de fuera y creo que faltan cuatro. El que esté en el club se encontrará con un límite salarial completo. Haremos lo que podamos, pero está claro que esa no es nuestra idea.

¿Qué pasaría con Martí?

Hizo un gran trabajo y se ganó la renovación. Otra cosa es que crea que no tuvo que participar en la campaña apoyando a Concepción.

¿Cómo se fabrica un ascenso?

Aunque te gastes todo el dinero del mundo, no tienes la garantía de ascender. Pero si tienes gente preparada en el organigrama deportivo, seguramente tendrás bastantes más opciones de acertar que de equivocarte. En la cantera hay jugadores de calidad que pueden dar el salto al primer equipo y ser importantes. Luego, no cubriríamos el límite salarial para traer a nueve o diez futbolistas de fuera, como hace Serrano. Lo he hablado con Quique Medina y sabemos que podemos ser competitivos con canteranos y con dos o tres fichajes de fuera que marquen diferencias. Luego hay que convertir el Heliodoro en un fortín, como en las épocas importantes, y eso se consigue ilusionando a la gente, reduciendo el precio de los abonos, ayudando al aficionado en los traslados... Concepción no tiene credibilidad ni la manera de entusiasmar a la gente, y vamos a estar estancados en esa mediocridad y en esa pasividad.

¿De quién es el Tenerife?

Ahora, de un grupo de personas. Cuando Concepción dice que ya le han delegado 70.000 acciones, puedo afirmar que no son de la calle, sino de unos empresarios que están identificados desde hace años. Son empresarios que están alrededor de Concepción. Algunos delegan sus acciones por interés u obligación. Pero hay mucha gente que no se siente partícipe. Nos han robado el escudo y el sentimiento. Hay gente que no quiere asistir al fútbol. Estamos con entradas de 8.000 o 7.000 espectadores y el Tenerife es mucho más.