Marc Crosas se toma su temporada de cesión al Tenerife, por el Cruz Azul, como una oportunidad para sacarse la "espina" de no haber logrado competir en una de las principales categorías de España. Y también asume esta etapa con el aliciente de poder superar los desafíos de ayudar a devolver a su nuevo club "al lugar que merece", la Primera División, y de demostrar que está capacitado para ser de nuevo un futbolista "importante" tras superar el curso pasado una grave lesión en la rodilla derecha.

El refuerzo blanquiazul fue presentado ayer por Alfonso Serrano, que respondió con un "sí rotundo" al agente de Marc cuando le planteó el fichaje. "Es compatible con los centrocampistas que tenemos. En esta parcela hemos mejorado mucho", destacó antes de admitir que la contratación de un jugador que se vio obligado a parar durante 9 meses por una rotura de ligamentos puede ser arriesgada, pero "si no, un futbolista como él sería inviable" por el límite presupuestario del club.

Para disipar dudas, Crosas garantizó que lleva varios meses recuperado. "Llego mejor físicamente de lo que estuve incluso en los últimos años de mi carrera", afirmó. "No he tenido la participación que busqué después de recuperarme en febrero, pero nunca dejé de entrenar", añadió.

Es más, explicó que este paréntesis le sirvió para apreciar su profesión de otra manera. "Las cosas pasan por algo, y lo que me sucedió renovó mis motivaciones. Si antes valoraba mi trabajo y me consideraba un jugador profesional, ahora me considero más profesional y más afortunado", contó.

Crosas aseguró que "ningún club" mostró más interés que el Tenerife en su fichaje. Recibió otras ofertas, incluso de Primera, pero tuvo en cuenta la insistencia de Alfonso Serrano y de Martí. "Una de las cosas que me convencieron para venir fue, sobre todo, saber la filosofía que tiene el míster de tratar bien el balón, pero siendo siempre competitivos y agresivos".

Consciente de la alta competencia que se va a encontrar y de que es un recién llegado, insistió en su deseo de ser un "jugador importante", pero reconoció que "eso no significa" que crea que tendrá un lugar seguro en las alineaciones. "Mi trabajo consistirá entrenar cada día y aportar lo mejor".

Respecto a su papel dentro del grupo, se mostró respetuoso con las jerarquías establecidas. "Llevo dos días aquí; hablar de liderar al equipo sería faltarle al respeto a los jugadores que llevan mucho tiempo en esta institución", advirtió Crosas. "Está claro que también tengo mi personalidad; soy como soy y desde donde me toque, ayudaré y sumaré en lo que me necesiten. Dentro de los equipos hay jerarquías y, a día de hoy, no dejo de ser un nuevo fichaje. Primero tengo que demostrar mi valía futbolística para ir ganándome el sitio en el equipo y el plantel".

Marc prefirió no encasillarse en una clase determinada de mediocentro, ya que, desde su etapa de formación en la cantera del Barcelona como el "clásico 4", ha ido evolucionando. "Salí del Barcelona para ir al Celtic, a un fútbol diferente y en el que balón va pocas veces por abajo. Mis bases son esas, pero he ido moldeándolas. Sí soy un medio, pero no soy un jugador encajonado en un estereotipo".

Además, reveló que coincidió en el Barcelona con los tinerfeños Pedro y Jeffren, y que en México pudo conocer a los exblanquiazules Gerardo Torrado y Luis García. Sus referencias le sirvieron de ayuda. "Tampoco necesitaba esa palmadita en la espalda para terminar de convencerme, pero sí me hablaron muy bien del club, de la afición y de la Isla", señaló Marc.

Por último, se refirió al objetivo del Tenerife. "No hay que ser muy inteligente para saber que este club es histórico y que merece estar mucho más arriba. Queremos darnos una alegría y devolver a esta institución al lugar que merece, que es la Primera División. Y no es que quiera poner las cosas difíciles desde el primer día, pero mi ambición personal es esa".