El "misterio" de la desaparición de Antony Lozano de la concentración de la selección olímpica de Honduras se resolvió en apenas 24 horas. El futbolista del Olimpia cedido al Tenerife regresó ayer a los entrenamientos a las órdenes de Jorge Luis Pinto y tranquilizó a los aficionados catrachos y, de paso, a sus compañeros, que esperaban contar con su participación en los Juegos de Río.

La sorpresa surgió a primera hora del miércoles, en el momento en el que el Choco no se presentó al desayuno del combinado Bicolor, en la fase de preparación, que está realizando en la localidad hondureña de San Pedro Sula. Y la preocupación creció cuando tampoco asistió a la sesión preparatoria. La falta de explicaciones por parte del jugador y también de la Federación, avivaron unos rumores que apuntaron, inicialmente, a un enfado del futbolista con Pinto, por sus exigencias en la rutina de trabajo. Lo único que trascendió oficialmente fue que Lozano había abandonado el hotel sin avisar.

Pero todo volvió a su cauce al día siguiente. Diario Diez informó anoche de que un grupo de jugadores mantuvo ayer una reunión con Pinto para pedirle que hiciera todo lo posible para recuperar a Antony, pues lo consideran una pieza fundamenta para tratar de realizar un papel digno en los Juegos Olímpicos, competición en la que Honduras se enfrentará a Argelia, Argentina y Portugal en la primera fase. Dirigentes de la Federación localizaron al delantero, que optó por regresar a la concentración. Tras dos horas de reunión con el entrenador, el Choco aceptó unirse de nuevo al trabajo.