Una cuestión de peso serán los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro para Joel González. El taekwondista catalán afronta su segunda cita olímpica con la intención de morder el oro, tal y como hizo en Londres 2012. Claro que en la capital inglesa lo hizo en la categoría de 58 kilos y en la ciudad brasileña competirá con diez más -68 kilos- en su cuerpo.

"He subido hasta los 70 kilos y luego he bajado dos porque en los choques de los combates no quiero ser siempre yo el que se va hacia atrás por la mayor fuerza del otro. Ha habido que hacerlo de forma programada y paulatina, kilo a kilo, porque no he querido perder la velocidad que tengo", esgrime Joel González.

Metódico, el deportista controla hasta el más mínimo detalle de la competición. "Tenemos que tener en cuenta que Río está muy lejos de aquí, que es otro continente, otro horario, una ciudad con una temperatura y una humedad concretas. La altura no va a ser problema en este caso porque está al nivel de mar, pero la humedad sí puede serlo", explica.

Y es que en su deporte la competición se decide el mismo día. "El primer combate es a las 9 o las 10 de la mañana y la final a las 11 de la noche. Es una día muy largo en el que se pasan muchos nervios. Si no calculas bien la humedad, las circunstancias respiratorias, puedes llegar a tener un problema de estrategia. En los últimos 30 segundos puedes perder toda la ventaja que tenías si no sabes gestionar la carga. Tengo que ir a por todas y tener todo controlado para cumplir mi segundo sueño, ser otra vez campeón olímpico", afirma.