Marc Crosas Luque (Sant Feliu de Guixols, 9-1-1988) da juego en el campo y también en las entrevistas. Su trayectoria deportiva ofrece numerosas anécdotas y experiencias que el centrocampista cedido al CD Tenerife por el Cruz Azul no duda en compartir.

¿Cómo le va en Tenerife?

Estoy muy contento, y no solo en lo que a lo deportivo se refiere. También en lo personal. Soy mexicano por naturalización y mi familia es mexicana. Por lo tanto, tengo allí mis raíces. Y para mí está siendo mucho más fácil vivir en un sitio como Tenerife. Sin ir más lejos, seguramente mi acento mexicano-catalán pasa aquí más desapercibido, porque los canarios también tienen un acento propio. Pero también el clima y la cultura son parecidas. No dejamos de ser españoles, pero el hecho de estar tan lejos de la Península hace que se cree una propia mentalidad y una cultura que están muy cercanas a lo latino, que es lo que he sido yo en estos años en México.

¿Le gusta involucrarse en los sitios a los que va por trabajo?

Soy afortunado, no solo por las experiencias futbolísticas que he vivido sino por las culturas que he podido conocer; y a la par, por los idiomas que me ha tocado aprender. Seguramente, si no hubiera jugado en Francia, no hablaría francés como lo hablo, o inglés, por haber jugado en Escocia. Y ya ni te digo conocer el ruso. Me gusta empaparme e involucrarme en el lugar en el que estoy. Lo intento hacer no solo en cuanto al club, sino en cuanto a la sociedad de la que formo parte.

¿Había estado en Tenerife?

Jugando torneos de base con el Barcelona. Estando con la selección me tocaron varios partidos en Gran Canaria. Ahí hasta marqué un gol con la sub''17. Más allá de eso, no pude debutar ni en Primera ni en Segunda. Sí lo hice en Copa del Rey y en Champions, pero me fui con esa espinita que creí que no me iba a sacar nunca. Y mira, por las cosas del destino ahora estoy de vuelta y muy ilusionado.

¿Por qué cree que encajó tan bien en México?

Todo llega a su tiempo. A los 23 o 24 años, después de dar vueltas, no es que llegues a la madurez, pero sí vas adquiriéndola. Esa etapa llegó en un momento muy bueno. También pasé períodos difíciles, como cuando me lesioné. Siento que en un futuro, cuando me retire, y espero que eso esté muy lejano, viviré en México.

¿Es donde más realizado se ha sentido como futbolista?

Sí. El mejor año de mi carrera lo pase hace un par de temporadas, antes de mi lesión. Es donde más valorado me he sentido, donde mejor me han salido las cosas y he dado lo mejor de mí.

¿Esa lesión de la que habla es la más grave que ha sufrido?

La única. Hacía ocho o nueve años que no me lesionaba. En el Celtic tuve una rotura muscular, pero nada comparable a esto.

¿Qué aprendió de esa lesión?

Uno está acostumbrado a tener su rutina, a entrenar todos los días, a ir de concentración, a viajar... Y cuando te sacan de todo eso, es complicado; desde los cambios de humor hasta la convivencia en casa. Valoras más a los que tienes alrededor y también a ti mismo. A ve-ces, con 27 años piensas que si no estiras o no vas al gimnasio, no pasa nada. Y cuando sufres una lesión, es como un toque de atención. No es que seas un veterano, pero te das cuenta de que si quieres alargar tu carrera, debes pensar en cosas que quizás antes no valorabas.

Después de recuperarse, otro palo. No cuentan con usted.

Recibí el alta a mediados de febrero de 2016, cinco meses y medio después de la operación. Estuve haciendo el proceso normal de entrenamientos con el equipo, de ir convocado, y jugué algún partido en Copa. Allí tienes la opción de jugar con sub''20 por la mañana contra el mismo club con el que juega el primer equipo. Utilicé esos partidos para ganar ritmo, que es lo más que había perdido. La relación con el entrenador fue buena hasta que llegó junio y, como me ha pasado en otros clubes, me dijo que no contaba conmigo. Lo que pedí, como profesional, fue que me dejara entrenar mientras se solucionaba mi tema, pero decidió que no lo hiciera. El club sí quería dejarme. Fue una decisión del entrenador y la acaté.

¿No se planteó fichar por otro equipo mexicano?

Sí, pero después de casi un año de no tener actividad, se convirtió más en una tercera o cuarta opción el hecho de que me quisieran. Y si algo me llamó la atención del Tenerife, fue el interés del director deportivo y del entrenador. Cuando te transmiten que saben lo que puedes aportar y confían en ti, más allá de que nadie te asegure que vas a ser titular, es importante; y más viendo de la situación en la que estaba. Quería que contaran conmigo y que todo estuviera en mis manos para ganarme un sitio. El Tenerife me convenció. Necesitaba tener la seguridad de que me quisieran.

¿Es lo que está palpando?

Al final, que juegue o no dependerá de mi rendimiento. Y lo que me transmiten es confianza y exigencia, porque saben lo que puedo dar. Lo demás depende de mí. Y si no juego, intentaré aportar desde donde me toque.

Obtuvo la doble nacionalidad. Un ejemplo más de su arraigo.

Mis hijos son mexicanos, mi mujer también... Me siento mexicano. Estoy muy agradecido a todos los países en los que he estado, pero México me dio la madurez futbolística y personal que buscaba.

Entonces, si el seleccionador de México lo incluye en una lista...

No es mi objetivo principal, pero sería un orgullo que me llamara. Mi idea es demostrar que estoy totalmente recuperado de la lesión y que puedo aportar muchas cosas al Tenerife y al fútbol.

Se siente mexicano y catalán. Nunca ocultó sus preferencias.

Sé que puede ser problemático tocar estos temas. Al final, si soy algo, más allá de catalán o mexicano, es respetuoso. Respetuoso porque mis abuelos por parte de madre son malagueños y mi abuela por parte de padre era madrileña. Siento agradecimiento por España como país, pero lo que nunca va a cambiar es lo que he sentido desde pequeño. Mi DNI dice que soy español, pero también tengo un pasaporte que me acredita como mexicano y un sentimiento que me acredita como catalán y como mexicano.

A bote pronto, ¿qué le sugirió el nombre del CD Tenerife?

Muy buenos recuerdos, como buen barcelonista.

Pero usted tendría 4 o 5 años cuando el Barcelona ganó aquellas Ligas gracias al Tenerife...

Mis primeros recuerdos futbolísticos tienen que ver con esas temporadas del Dream Team, y el Tenerife siempre ha sido un club muy amigo para la gente del Barça, para los catalanes. Más allá de eso, tengo el recuerdo de que el Tenerife siempre hizo las cosas muy bien en Primera División y que tuvo a grandísimos jugadores, como Fernando Redondo, Makaay...Personalmente conozco a otros que no tuvieron tanta relevancia, como Torrado o Luis García. Los dos me hablaron maravillas de la Isla, así como jugadores que quizás no dejaron tan buen recuerdo, como Ulises Dávila o Diego Ifrán.

¿Cómo se produjo su llegada a los filiales del Barcelona?

Primero me llamó el Espanyol. Hice unas pruebas y me dijeron que sí, que me querían. Era infantil de primer año del Vilobí y jugaba con el de segundo año en División de Honor. Me comprometí de palabra con el Espanyol y un mes después vino el Barça. Yo, que había sido barcelonista de toda la vida, le estaba diciendo que no a ese club porque le había dado mi palabra, con 12 años, al Espanyol. Ahí fueron mis padres los que me dijeron que a esa edad todavía no tenía palabra. Decidieron ellos por mí para que fuera a La Masía. Estoy muy agradecido al Espanyol, porque quizás ellos me pusieron en el radar del Barça. Jugar en Barcelona fue un sueño hecho realidad. Pasé los años más importantes, los de aprendizaje, en la escuela del Barça, y eso te marca de por vida. Viviendo en La Masía me levantaba cada día y veía el Camp Nou, que es el espejo en el que se reflejan tus sueños. Y seis años después tuve la suerte de debutar en ese estadio. Viví un sueño y lo hice realidad. Y al cumplirlo tuve que ser lo suficientemente coherente para darme cuenta de que no iba a tener oportunidad de jugar en el primer equipo y que iba a tener que buscarme la vida fuera.

¿Le costó mucho avanzar?

Buscan un perfil muy marcado y luego te van puliendo, pero vas pasando por las diferentes categorías y cada año hay un corte de muchísimos jugadores. Durante seis años vi pasar a muchos con calidades increíbles, pero que quizás fallaban en otras cosas, como la mentalidad o el físico. La quema iba siendo cada año más dura y más fuerte. Por eso cada vez me siento más afortunado por haber llegado al Barcelona B y al primer equipo.

Creció con una generación que hizo historia.

La del 87 y 88. Messi subió directamente, Cesc y Piqué salieron y regresaron, a Pedro le costó un poco más... De nuestra quinta están Busquets, Jeffren... Fue una generación muy buena, pero porque la ayudaron mucho los resultados del primer equipo. Tuvimos la suerte de que las cosas fueron bien y que tanto Rijkaard como Pep Guardiola apostaron por los jóvenes. Luego, Tito Vilanoba y Martino, también; como ahora Luis Enrique

¿Qué imagen le quedó de Messi?

Íbamos a la escuela todos juntos. Salíamos de La Massía para ir a la escuela y él ya era el mejor jugando en el patio del colegio, en los entrenamientos, en el jardín de la residencia... Pero nunca pensé que acabaría siendo el mejor del mundo. Lo valorábamos a nivel de fútbol base. Marcaba diferencias con el B, el juvenil y el C; tres partidos en un fin de semana.

¿Cuál fue su día más feliz?

Hay varios. Después de que ganaran la Champions en París contra el Arsenal, acababa de conquistar la Copa del Rey juvenil contra el Zaragoza, y un mes más tarde me tocó hacer la pretemporada con el primer equipo por primera vez, con 17 años. Estaba Rijkaard. Primero fuimos a Dinamarca y, teóricamente, íbamos a estar solo ahí, pero tres o cuatro seguimos hacia México y Estados Unidos con ellos. Ese fue el primer recuerdo, y lo vives como un aficionado que ve a sus ídolos. Por mucho que estés en el juvenil o en el B, vas a verlos entrenar y jugar y, de golpe, te ves cambiándote o comiendo con ellos en el hotel. Luego, unos seis meses después, el 8 de diciembre, debuté en la Copa del Rey, entrando por Iniesta en el Camp Nou, que fue algo muy significativo para mí, porque cuando llegué con 12 años a La Massía, Andrés era uno de los mayores, y era como el padrino, el jefe, sin ser un cabecilla. Luego tuve la oportunidad de meter un gol en un partido amistoso en Sudáfrica a pase de Ronaldinho. Hay muchos recuerdos, pero lo principal es que mi año y medio en el primer equipo lo viví más como un chico del B que tenía la suerte de jugar y entrenar con ellos. Disfruté y aprendí mucho, pero nunca me sentí realmente uno más.

Salió cedido al Olympique.

Fue mi primera experiencia lejos de casa, con 18 o 19 años. Me fue muy bien. Fuimos campeones de Copa y de Liga. Todo resultó tan positivo que, seguramente, eso me animó a aceptar otras ofertas en el extranjero. Me di cuenta de que cuando uno sale de su hábitat natural, lo valoran más.

¿Cómo se tomó no seguir en el Barça tras esa cesión?

Tenía tres años más de contrato. No diría que me equivoqué, porque estoy muy contento con mi carrera, pero quizás sí me precipité. Venía de sentirme jugador profesional en el Olympique de Lyon, de ser campeón de Liga y Copa, y al volver hablé con Pep y me dijo que iba a ser difícil que pudiera tener oportunidades, pero era jugador de la primera plantilla y la decisión estaba en mí. Eso me tocó un poco el orgullo. Si volviera a vivir la misma situación, me lo tomaría con un poco más de calma. Aún así, estoy contento por haberme ido a un club como el Celtic, con la afición y la historia que tiene, y que se involucra tanto con los más necesitados. Es increíble.

Allí tuvo protagonismo menos en el último año. ¿Qué ocurrió?

Jugué mucho en los dos primeros años, pero si allí no ganas la Liga, es un fracaso. Y es lo que pasó. El club hizo una inversión grande para fichar, vinieron muchos jugadores nuevos y siempre contaron conmigo, pero no tuve el tiempo de juego que quería. Se me acababa el contrato en junio y en enero tuve opciones para venir a España, pero ninguna me convenció. En marzo me salió lo de ir a Rusia (Volga) y todo salió bien, porque fue un año redondo y jugué muchísimo. Rusia no es el paraíso futbolístico que buscamos ni donde uno sueña jugar, pero esa etapa me sirvió, porque un año después me llegó una gran oferta de México.

¿Cómo resumiría esa etapa?

Empecé con muy buen pie. Llegué al Santos y a los cuatro meses fuimos campeones. Perdimos dos finales de la Liga de Campeones de la Concacaf. Tras dos años y medio, me fui a Leones Negros, que acababa de ascender. Hicimos un año increíble. Ahí creo que pasé el mejor año de mi carrera. Es donde mejor me he sentido, donde más he podido sacar mi fútbol. Lo malo es que acabamos bajando porque allí el descenso es por porcentajes y no por puntos en una misma temporada. Después me fichó uno de los mejores equipos de México (Cruz Azul) y a los siete partidos, después de ser titular, me rompí la rodilla. Las cosas pasan por algo, pero la lesión llegó en el peor momento posible.

Acabó siendo alguien popular.

Eso es positivo, pero también tiene su parte negativa. Cuando las cosas van bien, los elogios no le hacen daño a nadie. O sí, dependiendo de cómo te los tomes. Pero si van mal y eres popular, recibes más palos que la gente que no lo es. Me tocó vivir ese papel en todos los equipos de México en los que he estado, seguramente por el hecho de que uno dice lo que piensa e intenta ser abierto. Eso lo hace a uno un poco más popular.

¿Le ayuda su aspecto?

Es mi "look" y es cierto que la barba y los tatuajes se pusieron un poco de moda. Estando en Leones Negros, por ser un equipo universitario, los estudiantes se volcaban con el equipo y a veces iban con barbas postizas al campo. Eso hacía que creciera esa imagen. Uno tiene su apariencia, pero lo que más me preocupa es la imagen que tengo en el terreno de juego. Si no respondes dentro, de nada sirve.

Da la impresión que no le cuesta relacionarse con los medios.

El trabajo de la prensa depende de lo que decimos los futbolistas y, al final, nuestro trabajo también puede depender de lo que publica la prensa, aunque influye mucho lo que hacemos en el campo. Hablando en plata, unos acabamos comiendo de los otros. En mi caso, al acabar el bachillerato quise estudiar periodismo. Es algo que me gusta, siempre que sea un periodismo interesante y de análisis, y no amarillista o de noticias que solo buscan vender polémica. Ese periodismo no está solo en el ámbito deportivo, pero me gusta más el que es profesional , serio y de buscar el por qué de las cosas.

Hablando de polémicas, ¿qué conclusión sacó de lo que pasó en la playa de Las Teresitas?

Uno aprende. Para limpiar mi imagen podría salir y decir quién pinchó el angelote. Yo pedí disculpas por mi error, que fue salir del agua con un angelote pinchado y no dejarlo en el mar, o no saber que había cámaras, qué es lo que estaba sacando, no pensar en la repercusión que eso podía tener... Pido disculpas por eso y a todo el que se haya sentido ofendido por lo que pasó. Seguramente vende más la imagen de un tío barbón y con tatuajes saliendo del agua con un angelote pinchado en una pica, porque lo podemos llamar vikingo o superviviente. Si a eso le unes que esa persona ha declarado abiertamente sus pensamientos no tanto políticos sino de sentimiento hacia su país natal o su patria, seguramente va a recibir más palos que cualquier otra. Asumo mi parte de culpa y no le quito hierro al asunto, pero también estamos en un mundo en el que se viven justicias diarias y y no solo con animales, sino también con personas, y quizás a eso no le damos el alcance o el ruido necesario. Pedí disculpas y si tengo que pagar multas, las pagaré; si tengo que hacer actos para la preservación de ese animal, los haré. Si algo soy, es amigo y amante de los animales. No deja de ser un error humano al que no le quito importancia.

Hábleme de su canal en Youtube.

A las personas más conocidas, las redes nos sirven para mostrar nuestro lado más humano, para demostrar que no somos tan inalcanzables como parece, sino que somos chicos con la suerte de vivir de lo que nos gusta y de que nos paguen bien por eso, pero con los pies en el suelo y con pensamientos y sentimientos. El canal de Youtube surgió cuando me lesioné. Iba a estar seis meses fuera de acción y quise mostrar a la gente cómo iba a ser mi recuperación. Preferí no estar tan alejado de la gente. Twitter e Instagram los llevo yo directamente, pero Youtube y mi página de Facebook, las elabora una empresa, unos amigos que me ayudan con los contenidos.