La nadadora paralímpica canaria Michelle Alonso espera conseguir una medalla en los juegos de Río 2016 y aunque le da igual el color, lo que desea sobre todo, es mejorar la marca de la que dice que es su "modalidad favorita", los 100 metros braza.

La nadadora, que ganó la medalla de oro en los juegos paralímpicos de Londres 2012 en esa modalidad, manifiesta en una entrevista a Efe, que en esta nueva oportunidad olímpica le gustaría vivir algo parecido a lo que vivió en Londres y que describió como "algo mágico". "Tengo la medalla todavía en mi habitación y la miro todos los días", comenta Alonso.

Lo que ocurrió en Londres, declara la nadadora, fue un sueño del que todavía cree que no ha despertado y asegura que no olvidará nunca el momento en el que llegó a la pared de la piscina y una luz le avisó de que era campeona.

El entrenador de Michelle Alonso, José Luis Guadalupe, reconoce que será muy difícil mantener el oro que la nadadora consiguió en Londres puesto que en cuatro años la natación paralímpica ha evolucionado y Alonso contará con nuevas rivales.

Sin embargo, Guadalupe afirma que Michelle Alonso tiene algo que no tienen las demás y son "ganas, fuerza y superación" y señala que si la nadadora ganara el oro tendría mucho más mérito ya que las rivales internacionales tienen mejores instalaciones para los entrenamientos que las que se hay en las islas.

"Nosotros estamos compitiendo con países que tienen los mismos recursos olímpicos que paralímpicos", manifiesta Guadalupe, en alusión a que en España no se destinan los mismos medios e infraestructuras para los deportes olímpicos que paralímpicos.

Guadalupe pidió respeto a la natación paralímpica y es que considera que la sociedad española tiene un problema socio cultural, por lo que no valoran este deporte como se hace en otros países, y asegura que el deporte paralímpico es igual de sacrificado que el olímpico.

Para que Michelle Alonso o Judith Rolo, nadadora tinerfeña paralímpica que competirá también en Río 2016 en el estilo de los 50 metros mariposa, estén en el nivel que están, entrenan tanto como un nadador convencional, asegura Guadalupe.

El entrenador explica que las dos nadadoras entrenan seis horas diarias, tienen varias privaciones, un control exacto de la alimentación y una dedicación al deporte, prácticamente, de 24 horas al día.

Eso hace muchos años no ocurría porque los juegos paralímpicos antes solo eran para personas con discapacidad "que se tiraban a la piscina", pero ahora es todo mucho más competitivo, aclara Guadalupe.

Judith Rolo participará por primera vez en unos Juegos y asegura a Efe que no ha querido ver nada de la natación olímpica para llevarse una sorpresa cuando llegue a Río. "Quiero llegar, ver la piscina y sorprenderme", señala.

La nadadora manifiesta que con este deporte ha conocido múltiples discapacidades y ha visto como personas sin brazos ni piernas hacen natación "como si nada" cuando a veces un nadador sin discapacidad se queja "por tonterías".

"Es una barbaridad lo que este deporte da, es impresionante, os lo recomiendo", expresó la nadadora.

El 4 de septiembre será cuando las nadadoras viajen hasta Río para competir a partir del 10 de septiembre, explica a Efe el entrenador, que señala que "aún les queda un mundo" y alrededor de 40 entrenamientos más 20 secciones de gimnasio.

Tanto Alonso como Rolo aclararon que después de Río esperan llegar a los de Tokio 2020 y si la edad se los permite también a los siguientes y si no "pues ya verá".

El entrenador aclara que en los juegos de Río 2016 "ellas tienen la opción de entrar en todas las finales".