No se cumplió el propósito en el que insistieron los jugadores y técnicos del Tenerife durante la pretemporada, el de comenzar la Liga con un triunfo después de tres campañas seguidas sufriendo una derrota en la jornada inaugural.

En el regreso del club blanquiazul a la Segunda División, en 2013, fue el Alcorcón el rival que se llevó los tres puntos. Un curso después, el tropiezo llegó en Ponferrada. Y en 2015, un 6-3 en el campo del Numancia descompuso el proyecto que lideró Raúl Agné. Ayer, de nuevo a domicilio, el Tenerife abrió su participación con una derrota.

Para encontrar un resultado opuesto en la fecha número uno de la Liga hay que remontarse a las dos últimas campañas del Tenerife en Segunda B -victorias ante el Vecindario y el Marino-. En 2010 también empezó mal. Fue la Liga en la que cayó a la categoría de bronce. En esa ocasión, el representativo fue superado por el Girona por 4-2. Un año antes, en Primera, cayó en La Romareda.

En el ejercicio del ascenso a Primera, el Tenerife sí entró con buen pie, con un 3-2 sobre el Nástic. En 2007, empate ante el filial del Sevilla y en 2006, triunfo en Almería.