Estos cambios de sistema son un giro de timón, que en la jornada 8 de competición resultan significativos. Se cambia aquello que no funciona. El problema es que las soluciones no den resultado. Como sucedió ayer.

El Tenerife montó bien el partido en la pizarra. Decir lo contrario ahora con el 0-0 sería un ejercicio de oportunismo. Estaba bien pensado para darle fluidez y mejorar la profundidad del equipo, el argumento según el cual el Choco Lozano debía moverse por detrás de Jouini para terminar de armar la jugada en la media punta. Jouini, por su parte, caía a la izquierda cuando Lozano subía al área. Aarón, que en la teoría era extremo izquierdo, se movió libre por dentro y descubrió el carril para las subidas de Iñaki. La idea era acabar las jugadas con cuatro atacantes y Ñíguez libre cerca del área... Sobre la pizarra, el planteamiento gozaba de las bendiciones de los militantes en la corriente favorable a la descomposición del dichoso trivote.

Otra cosa bien diferente es que todo eso funcione con un rival enfrente. El Tenerife lo intentó, sobre todo a partir de su buena respuesta defensiva, porque los cuatro del fondo hicieron impecables vigilancias sobre Molina y Stefan, apretaron muchísimo, provocaron recuperaciones en mitad de campo y desde ahí se armaron algunas jugadas en transición, sin embargo mal terminadas, con centros imprecisos y con falta de decisión en la zona de remate -como le ocurrió a Jouini, en la mejor ocasión del primer tiempo-. En líneas generales, la apuesta de Martí por darle más fútbol al equipo parece un paso adelante, pero dado de puntillas, porque cuando Aarón Ñíguez se mete en zonas intermedias y descarga el balón buscando darle continuidad al juego, no encuentra socios para acelerarlo. La mezcla de medio campistas es heterogénea tirando a defensiva, y se nota. La jugada se detiene, se vuelve previsible y la tarea de superar líneas con la posesión se hace complicada.

Así transcurrió una primera parte en la que el Tenerife hizo un desempeño irreprochable desde el punto de vista de la intensidad y la intención de atacar, pero muy deficiente en la profundidad, sin velocidad en el juego y con escasa precisión en el final de las acciones.

Es verdad que Jouini tuvo el gol en su cabeza, pero se achicó y metió el pie a destiempo, pero también es cierto que las ocasiones de verdad fueron de los madrileños. Una de ellas en un contragolpe de dos contra uno que salvó prodigiosamente Carlos Ruiz en el último pase de Jorge Molina al área y, sobre todo, en una internada de Álvaro Jiménez, mal defendida por Germán, más pendiente de cerrar la línea de pase que de achicar al delantero, que se plantó solo en el área y obligó a Dani a rechazar mano a mano. Erael minuto 45 y el preludio de lo que venía en camino. Porque la segunda parte fue aún más decepcionante. En el primer minuto ya pudo marcar Jorge Molina, pero falló su vaselina ante Dani. Solo cinco minutos después, el partido dio un vuelco con la expulsión de Jouini, en una decisión increíble del árbitro. Con 10 jugadores, el Tenerife tardó poco en hacer dos líneas de cuatro hombres y dejar solo a Lozano arriba. El Getafe, que tiene planta de proyecto de equipo grande, por la calidad individual que acumula, se fue asomando adelante con cierta timidez y tuvo el triunfo muy cerca. En el 62'' Dani salvó al Tenerife del cabezazo de Cata Díaz, que dio un clinic de oficio ayer en el campo, y en el 66, Carlos Ruiz evitó en el área pequeña otro remate de los rojos.

Martí metió a Amath, irreconocible, trabado con el balón, sin chispa... y Bordalás, que seguro hubiera firmado el punto en Barajas el sábado antes de viajar, empezó a ver los tres cerca y dio entrada a dos volantes de juego para dominar posicionalmente, pero no le dio tiempo a ejercer el nuevo papel a su equipo, porque enseguida se quedó con diez por la desmedida roja a Jorge Molina.

Faltaban 10 minutos y los equipos estaban igual, el Getafe entendió que la aventura había acabado y se replegó; el Tenerife declaró sus intenciones con la entrada de Omar por Raúl Cámara, pero ya sin Aarón el equipo no tenía ni un ápice de fútbol para llevar la pelota adelante. No entró ningún pelotero, Martí recogió por dentro a Suso y Amath para enganchar y lo que sucedió es que ambos perdieron espacio para desplegar su velocidad, con lo que el partido murió sin el más mínimo sobresalto. Un final muy diferente que el del día del Mallorca. Lo peor es que tras el cambio de sistema siguen las dudas.

0-0

tenerife getafe

CD Tenerife: Dani Hernández, Raúl Cámara, Germán, Carlos Ruiz, Iñaki; Vitolo, Aitor Sanz; Suso, Choco Lozano, Jouini y Aarón Ñíguez. En el minuto 62, Amath entró por Aarón Ñíguez, y en el 81, Omar, por Raúl Cámara.

Getafe: Alberto (1); Damián (1), Cata Díaz (2), Cala (1), Molinero (1); Lacen (1), Fourlin (1); Álvaro Jiménez (2), Pacheco (0); Stefan (1) y Molina (1). En el minuto 70, Portillo (0) y Paul Anton (0) entraron por Fourlin y Pacheco, y en el 88, Kike Sola (s.c.), por Stefan.

Árbitro: David Medié Jiménez (Comité Catalán). (0). Lo único bueno que hizo fue favorecer el juego en las acciones de contacto cuerpo a cuerpo. De resto, influyó en el partido negativamente. Se equivocó en las dos tarjetas rojas que mostró. La primera fue a Jouini, que vio su segunda amarilla por una caída en el área que en ningún caso fue simulada. El tunecino chocó con el defensa. Era el minuto 50. Luego vio la roja Jorge Molina (79'') por una supuesta agresión a Germán, que no pareció más que un forcejeo con las manos por delante. Además, amonestó a Suso (72''), y a Álvaro Jiménez (77'') y Cata Díaz (85''), pero se dejó otras amarillas en el bolsillo, como una a Portillo. Además, se le reclamó una jugada en la que el meta visitante Alberto pudo tocar la pelota con las manos fuera de su área.

Incidencias: Encuentro de la octava jornada de la Liga 1 2 3, disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López, de la capital tinerfeña, ante 9.053 espectadores. Terreno de juego en aparentes buenas condiciones. Antes del comienzo del encuentro se reconoció a los deportistas paralímpicos Israel Oliver, Michelle Alonso y Judith Rolo, por su destacada actuación en los Juegos de Río 2016. El Tenerife lució su indumentaria habitual y el Getafe vistió completamente de rojo.