Entre el 18 de mayo de 2002 y el 1 de octubre de 2016 hay más de 14 años de distancia. Ambas fechas señalan las dos últimas victorias del Iberia Toscal en la categoría de plata del fútbol sala nacional.
Sendos triunfos están marcados por un denominador común: el portero que defendió la portería del representativo, frente al barcelonés Olesa en 2002 y ante el Prone Lugo el pasado sábado, fue el grancanario Carlos Nicanor Sánchez, más conocido por su segundo apellido, Calero.
"Es curiosísimo. No había caído en eso", señala un protagonista que vino a estudiar Bellas Artes y lleva en Tenerife media vida. "No me puedo alimentar del pasado. Pienso que todos los minutos que pueda arañarle a este año es lo mejor".
El veterano guardameta de 42 años fue la principal novedad en el quinteto titular del Iberia frente al rival lucense, después de que el preparador Óscar García Poveda decidiese que José Luis Gomis ocupara la portería en las dos primeras jornadas ligueras.
"Yo trabajo día tras día para poder tener la oportunidad", confiesa un portero que sabe de la gran competencia que tiene. "Sé que José Luis está ahí para lo que haga falta. Ambos queremos tener continuidad".
Tras tres derrotas consecutivas en el inicio del curso -dos en la Liga y una más en la Copa del Rey-, Calero definió la pretérita victoria, que sacó a su equipo del descenso, como "necesaria y primordial para seguir en la brecha".
El meta no duda al señalar que la temporada "va a ser dura. Ese sufrimiento va a hacer que el equipo crezca. Estamos preparados psicológicamente para sufrir porque lo hemos hablado. Lo que me gustaría es que nos convirtiéramos en un rival incómodo para todos los equipos".
Pese a su edad, Calero se ve "físicamente y mentalmente bien" y elogia a un club que ha apostado por él. "Me quito el sombrero con la decisión del Iberia, habiendo porteros de nivel y más jóvenes que yo. Quizás fui la tercera o la cuarta opción, pero a mí me da igual. Lo que quiero es estar".
Carlos Nicanor Sánchez Calero
guardameta del tenerife iberia toscal