El CB Canarias reentró en Europa de la manera más brillante. Ganó con amplitud (57-85), dominando de cabo a rabo, con una suficiencia asombrosa, a un excampeón continental, la Cibona, en una de las cunas del baloncesto europeo por excelencia, Zagreb.

Hacía 28 años que el equipo aurinegro no salía de las fronteras nacionales para jugar un partido oficial. El precedente de su única victoria, hasta ayer, en el Continente fue en la desaparecida Copa Korac, y data del 11 de octubre de 1988. Suena a viejo. Fue en un feudo sin tradición en este deporte, en el Aston Events Center de Birmingham. Aquella noche se impuso por 84-96 al Bullets local, de la mano de un equipo plagado de españoles y con numerosa representación de jugadores canarios, como Manolo de las Casas, Matías Marrero, Pedro Solana, José Carlos Cabrera o Pepón Artiles, aderezado con el talento nacional de Germán González y Salva Díez y potenciado con los refuerzos americanos de Bingenheimer y Nimphius. Los dirigía José Carlos Hernández Rizo. Ese equipo fue eliminado por el Malinas en la segunda ronda. Desde entonces hasta ayer, -¡28 años!- se ha escrito una historia con más espinas que rosas y, desde luego, sin apéndice en Europa.

Ayer, en el marco incomparable del Drazen Petrovic Basketball Center, el ahora Iberostar Tenerife retomó el hilo de su etapa histórica más brillante y abrió una puerta a la ilusión de sus aficionados, también para esta segunda competición, en la que es líder, como en la Liga Endesa. La superioridad del Canarias fue tal, que elementos que en la competición doméstica no tienen protagonismo, como Niang Petit, tuvieron la oportunidad de lucirse con grandes números (15 puntos y 16 de valoración).

Después de una pretemporada de sequía, el equipo de Vidorreta acumula 5 victorias consecutivas. Su regreso al Santiago Martín para medirse primero al Unicaja (domingo) y luego al KK Mornar (miércoles) provoca sensaciones también propias de antaño.