José María Odriozola –23/07/1939, Pontevedra– pasa por ser uno de los presidentes federativos más longevos del deporte español. Después de 27 años, "y 10 meses", como bien recalca, deja el cargo de máximo mandatario del atletismo nacional en el venidero mes de noviembre. Ayer, en el IESLa Laboral (La Laguna), con motivo de la Gala del Atletismo de Tenerife 2016, y en su enésima visita a la Isla, recibió la insignia de oro.

¿Qué balance hace de su gestión?

Satisfactorio. Hemos sido la Federación que ha organizado más eventos internacionales en estos años. Creo que el atletismo español está donde tiene que estar. Tuvimos unos años, al comienzo del siglo XXI, en el que estábamos por encima de nuestras capacidades. El nivel que tenemos ahora está entre los diez mejores de Europa. Hemos conseguido equilibrar las especialidades. La última medalla de oro ha sido en salto de altura –Ruth Beitia–. Antes, solo éramos fuertes en el medio fondo, el fondo y la marcha. También hemos equilibrado en cuanto a sexos. Ahora, las mujeres son prácticamente la mitad. Quizás nos falte una figura, como puede ser Nadal en el tenis. Tuvimos a Fermín Cacho y ahora tenemos a Ruth Beitia, pero si tuviéramos más atletas que fueran mediáticos, sería muy positivo.

¿Qué es lo mejor y lo peor de estos casi 30 años de mandato?

Lo peor han sido los casos de dopaje, contados, que hemos tenido de atletas muy significados. Ha sido un enorme disgusto. ¿Lo mejor? Yo he vivido momentos de éxtasis, como pudo ser la victoria de Fermín Cacho en Barcelona 1992. La medalla de Antonio Peñalver también fue muy significativa por ser en decatlón. Luego llegó la época de oro del maratón español. El año 2002 fue emblemático por la gran cantidad de medallas que sacamos. Recientemente, el año que ha hecho Ruth Beitia ha sido espectacular.

Un referente como Jesús Ángel García Bragado ha repetido que usted se ha "agarrado a la silla".

Me duele especialmente. Es un atleta emblemático. Ha sido siete veces olímpico. Tenía una relación muy buena con él, hasta que le negué, porque no había presupuesto, una concentración especial. Desde ese momento pasé a ser enemigo declarado suyo. Él y otros no han parado de decir que me tenía que haber ido antes. El atletismo español me ha elegido siete veces. Siempre he ganado por amplias mayorías. Acepto cualquier opinión. Con los medios de comunicación me he llevado peor cuando se ha llegado al insulto personal o se ha atacado sin fundamentos al atletismo español.

¿Por dónde pasa su futuro?

Estoy elegido hasta octubre de 2019 como tesorero de la IAAF –Federación Internacional de Atletismo–. Cuando llegue ese día, también lo dejaré. Me jubilaré y me dedicaré a hacer alguna actividad de tipo intelectual y a seguir haciendo deporte, como he hecho durante toda mi vida. Llevo 30 maratones en las piernas.

El dopaje ha sacudido España en los últimos años. Se ha acusado a varias federaciones, entre ellas, la suya, de mirar para otro lado.

Llevo intentando erradicar el dopaje, no solo en el atletismo, sino en el deporte español, desde los años 80. Tuve muchas polémicas públicas con Eufemiano Fuentes –médico implicado en la Operación Puerto–. Fui el primero, en el año 1989, que creó los controles antidopaje fuera de competición, en cualquier momento. No he parado. Además, soy bioquímico y conozco el tema. Existe una cláusula fundamental, en el tema del control antidopaje, que se olvida con frecuencia. Es la confidencialidad. Yo no puedo decir nada hasta que el proceso finaliza. El tema es que a veces se filtra. Eso no quiere decir que la Federación oculte nada. Son las normas.

Fermín Cacho declaró en este periódico que había que salir a la calle en busca de las nuevas estrellas. ¿Se puede hacer más en ese sentido?

Llevamos años con varios programas en colegios. Durante mucho tiempo, los técnicos tuvieron la idea de que no había que empezar demasiado pronto. Se nos iban los jóvenes a otros deportes. Desde hace unos años, hemos creado los Campeonatos de España infantil, que han sido un exitazo. Intentamos mover a los niños de este país. Cuando acaban el Bachillerato, lo dejan por el trabajo o por los estudios. Y lo vuelve a retomar a los 35 o 40 años. Para retener a los que tienen talento, tenemos que hacer una labor artesanal. Hay que estar muy pendientes. El número de atletas que hay en España, si los comparamos con Francia o Alemania, es ridículo. A pesar de todo, en la élite estamos casi a su nivel. La sociedad española es activa, pero a partir de cierta edad. A mis entrenadores les decía que fueran a las discotecas. Allí se ven tipologías impresionantes. Hay falta de cultura deportiva. Tenemos que sacar el atletismo a la calle. En la Diamond League, en Zúrich, y en el Europeo, en Amsterdam, se hicieron pruebas fuera de los estadios. Así se populariza el atletismo.

Como usted, Mario Pestano también se marcha en este 2016.

Lo conocí por primera vez en el Europeo Júnior de Liubliana (Eslovenia), en los años 90. Me dije: ¡vaya planta! La de Mario ha sido una carrera impresionante. Si me apuras, podría haber batido el récord del mundo. Le ha faltado en la alta competición un poco más de suerte y tranquilidad. Creo que se ponía nervioso por la responsabilidad. Es un atleta fantástico, como ha habido otros. Iván Rodríguez, por ejemplo. En Canarias siempre ha habido gente muy fuerte. José Manuel Bermúdez –actual alcalde de Santa Cruz y exconsejero de Deportes del Cabildo– vino a verme a la Federación hace muchos años. Me dijo que se iba a gastar 8.000 millones de las antiguas pesetas en atletismo. Me pregunté que si me estaría vacilando. Lo hizo y puso a Tenerife en el mapa, con pistas, programas... Aquí hay un nivel muy bueno. Tenéis un equipo que está en División de Honor –Tenerife CajaCanarias–, mayoritariamente con atletas isleños. Suelo venir a la Isla porque he visto que el atletismo se ha tratado siempre con especial cariño. Quienes mueven el cotarro son los entrenadores y aquí los hay muy buenos. Ninguno vive del atletismo. Ese es el resquemor que me queda: el no haber conseguido, en todos estos años, profesionalizar a los entrenadores.

¿Cómo ve a los referentes atléticos de la provincia?

Samuel García y Simón Siverio son las dos principales figuras. Esperaba que estuvieran en Río. Sobre todo, Samuel, que empezó el año muy bien haciendo marca personal. Naná Jacob también ha estado a muy buen nivel este año. Aquí sale continuamente gente.

¿Y las instalaciones de la Isla?

Creo que están bastante bien. Hay una pista muy buena para hacer marcas, que es la de Arona –Antonio Domínguez de Los Cristianos–. Hay que compartirla con el fútbol y eso siempre es un problema. Tenéis el Estadio de Tíncer –CIAT–, que es precioso a nivel arquitectónico. Ahora parece que hay un problema con el sintético, que no es homologable. Aquí, en La Laguna, hay dos. En Los Realejos, otro. Se va a acoger el Campeonato Iberoamericano de Atletismo de 2020. Están dudando entre Tíncer y la pista de La Laguna, que la mejorarían. Todo el mundo quiere pistas de 400 metros, pero a lo mejor son demasiadas. Con tener una por provincia es suficiente. Hay que tener muchas pistitas para que la gente pueda entrenar a diario.