Un punto es un paso adelante. Un empate así, son dos atrás. El de ayer es un resultado vacío de contenido, porque el Tenerife no tuvo nada de juego, pero resulta más doloroso que cuando al menos puedes salvar los tres puntos, regales dos de una manera tan absurda. Sin fútbol, en medio de un partido aburrido y sin un mínimo detalle de calidad, el equipo de Martí había encontrado una jugada aislada de Camille que le abrió las puertas del triunfo. Con 1-0, era imposible que el Numancia metiera un gol, porque ni llegaba ni remataba. Entonces surgió el error individual: una salida a destiempo, innecesaria del portero Falcón -como en Elche-, que le descubrió la portería a Manu del Moral para el empate. Este resumen en grueso valdría para definir el partido en sus momentos clave, pero hay un análisis más allá en el que conviene detenerse: el del juego.

El entrenador del Tenerife vio claro el camino hacia el gol, a través de la pareja Cristo González-Amath, un gran pasador y un veloz delantero, contra un rival que juega abierto, que es blandito y que no es muy rápido en la zona de los centrales. Pero Martí no cayó en la cuenta de que para llevarle la pelota a la zona de tres cuartos de campo a Cristo hacía falta cubrir otro escalón. Su error fue abrir demasiado al equipo, con Álex García en la izquierda, en lugar de buscar un jugador que mezclara más por zonas interiores. El Numancia cogió el balón, de acuerdo a su estilo, y metió al bloque defensivo local muy atrás. La distancia desde donde el Tenerife recuperaba el balón hasta la zona de ataque fue insalvable jugando al pelotazo, ansiosos todos por ver a Amath correr hacia la portería. El equipo se partió en dos mitades, error tras error en el inicio, con los centrales pegándole largo, con los problemas consabidos de los dos volantes para jugar de espaldas, con escasa salida por afuera... Escasa, pero suficiente, porque una acción aislada de Camille dio el fruto del penalti y del gol. Hasta ese momento, minuto 34, el Tenerife no había olido el balón, ante un rival que lo tenía sin nada de profundidad, en parte porque necesita sacar del área a su delantero centro (Manu del Moral) para acabar las jugadas y luego no tienen remate. Solo dos tiros lejanos sin peligro generaron los sorianos con tanta posesión.

En fin, abierta la senda del resultado con 1-0, el Tenerife pareció entrar en la segunda parte con el propósito de apretar más arriba para reducir el espacio de juego y mejorar sus posesiones. En realidad, fue el dueño de la situación defensiva porque hasta que Falcón tomó la decisión equivocada no había habido ninguna noticia del Numancia. Martí quitó del campo a Álex García y puso en juego a Aarón Ñíguez, pero no hubo tiempo de comprobar si ese cambio le podría ayudar a manejar mejor la pelota y acercarse al 2-0, porque solo cuatro minutos después llegó el desgraciado empate.

La forma de encajar el gol y el contexto en el que se produjo, el de un partido que parecía muy ganable, dejó tocado al equipo. Martí tomó decisiones contradictorias en sus cambios: la parte ilógica de la entrada de Jouini fue que sustituyera a Cristo González, cuando el partido se iba a poner perfecto para él, porque el rival se iba a meter atrás y el canterano era el único que podía filtrar un pase... Jouini, además, duró muy poco en el campo, porque se autoexpulsó en solo dos minutos (82'') con esa manera tan aparatosa que tiene de usar los brazos, y el equipo se quedó vacío por dentro y con Amath solo arriba, toda una invitación al desorden, porque lo que no se le puede reprochar a los jugadores fue su voluntad de ir contra todo a buscar el segundo gol. Entonces Martí agotó los cambios para tratar de devolverle a su equipo lo que le quitó al prescindir de Cristo. Entró Crosas por Aitor Sanz. Fueron minutos de ida y vuelta, en medio de una sucesión de errores que le abrieron a los dos equipos opciones de llegada y en los que el Tenerife, apoyado en un público paciente y colaborador, intentó por la tremenda dejar el resultado en casa. Pudo hacerlo si la suerte no le hubiese dado la espalda, cuando tras una sucesión de faltas y córners, Alberto se encontró con una pelota prolongada hacia el área pequeña, a dos metros del portero, pero el central le mal a la pelota, Aitor despejó en la línea y el balón se fue al poste y salió. Era un gol hecho, en un partido que estaba ganado.

Lo dicho, empate absurdo.

1-1

tenerife NUMANCIA

CD Tenerife: Falcón, Raúl Cámara, Germán, Alberto, Camille; Vitolo, Aitor Sanz, Suso, Cristo González, Amath y Álex García. En el minuto 58, Aaron Ñíguez entró por Álex García; en el 70, Jouini por Cristo González, y en el 78'', Marc Crosas por Aitor Sanz.

Numancia: Aitor Fernández (2); Unai Medina (1), Carlos Gutiérrez (1), Callens (1), Luis Valcarce (1); Ruiz de Galarreta (1), Íñigo Pérez (1); Pablo Valcarce (0), Mateu (0); Julio Álvarez (1) y Manu del Moral (1). En el minuto 81, Orfila (s.c.) entró por Pablo Valcarce; en el 86'', Capilla (s.c.), por Ruiz de Galarreta; y en el 92'', Ragalón (s.c.), por Unai Medina.

Árbitro: David Pérez Pallas (Comité Gallego). (1) Acertó en las jugadas de apreciación, la más importante el penalti, que fue muy claro. Dejó jugar hasta el límite de lo posible y luego sancionó de manera equitativa las acciones bruscas. Añadió cuatro minutos en la segunda mitad y le añadió otro. Expulsó justamente por doble cartulina amarilla al local Jouini (80 y 82''), y al visitante Carlos Gutiérrez (25'' y 91''), además, amonestó a los locales Suso 48''), Aarón (77'') y Raúl Cámara (93''), y a los visitantes Luis Valcarce (51''), Ruiz de Galarreta (34'') y Mateu (85'').

Goles: 1-0, m. 34: Camille dribla a dos defensores en el área y Galarreta lo derriba. El penalti lo transforma Suso por bajo engañando al portero; 1-1, m. 62: Pase largo a Manu del Moral, sale Falcón innecesariamente y el delantero marca a puerta vacía desde fuera del área.

Incidencias: Partido de la décimo cuarta jornada del Campeonato Nacional de Liga de Segunda División, Liga 1 2 3, disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante 9.874 espectadores. Tarde agradable y terreno de juego algo blanco en algunas zonas. El Tenerife lució su indumentaria habitual y el Numancia lo hizo completamente de rojo.