El inglés afincado en Tenerife, James Secoy, uno de los mejores nadadores de larga distancia que existen actualmente en las Islas, nada a contracorriente en un cubículo de 7 metros de largo por 4 de ancho y 1,35 metros de profundidad. El deportista del Tenerife Masters sale de este después de ser grabado con sistema de vídeo 3D desde diferentes ángulos y recibe inmediatamente la retroalimentación de Tomás Hernández Barreda, doctor en praxiología motriz, educación física y entrenamiento deportivo, además de principal responsable del canal de fluidos hidrodinámico cubierto del Tenerife Top Training. Secoy retorna al agua y trata de limar los defectos que se han apreciado.

Esta suele una de las dinámicas habituales de una de las joyas del centro de entrenamiento radicado en la Caleta de Adeje y, sin lugar a dudas, el epicentro de la zona acuática. Construida hace casi una década, la instalación suele ser el motivo por el que buena parte de los mejores nadadores del mundo arriban a Tenerife meses antes de la disputa de un gran campeonato.

Recientemente, 19 deportistas que ejecutaron parte de su preparación en el T3 "mordieron" presea en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Prácticamente todos ellos fueron acogidos por el canal y efectuaron pruebas acerca de su mecánica de nado. Entre ellos, el triatleta británico Alistair Brownlee, los nadadores, la sueca Sarah Sjöström, el británico Adam Peaty, la española Mireia Belmonte o el francés Florent Manaudou pasaron por sus aguas. También lo hizo la tinerfeña Michelle Alonso, oro en los Paralímpicos acaecidos en la ciudad brasileña.

"En su momento se diseñó el centro con tres áreas distintas: una es la zona de fútbol, que es la que está creciendo últimamente; otra zona de deportes de raqueta; y la zona de piscinas. Al margen del buen tiempo, había que buscar algo para que los equipos de fuera vinieran. Primero que nada se construyó el canal con el objetivo de atraer deportistas y que se pudieran preparar con más facilidad y más medios. Unas fantásticas instalaciones y un clima envidiable es el cóctel perfecto", resalta el tinerfeño Hernández Barreda, que empezó su labor en el canal del T3 en el mes de abril del año 2008.

Múltiples selecciones y equipos internacionales han discurrido por la instalación. "Aparte de muchas selecciones europeas, aquí hemos tenido equipos japoneses, a la Universidad de Harward femenina de (EE.UU.), equipos brasileños, tanto en natación adaptada como en natación convencional, a la Selección Paralímpica de México...". ¿Por qué dicha asiduidad de colectivos de élite exóticos? "Estamos muy lejos de esos países y cuando hay campeonatos cerca de aquí, necesitan un espacio en el medio para trabajar y aclimatarse", responde el responsable. El caso de los JJ OO de Londres supuso la llegada en oleada de este tipo de grupos.

Este tipo de canal, construido por una empresa alemana, es exclusivo en España, mientras que en Europa hay un total de cinco. "Hay algunos canales instalados en España que provienen de Estados Unidos. Son mucho más pequeños que el nuestro. En la Universidad de Granada disponen de uno. Lo usan más para la investigación. No llega a la velocidad de este". Y es que tres turbinas empujan el volumen de líquido, con una temperatura que oscila entre 27 y los 28 grados, a una velocidad máxima de 2,5 metros por segundo. Se correspondería a 20 segundos en 50 metros, cuando el récord mundial de estilo libre masculino lo ostenta el brasileño César Cielo con 20,91 (2009). El campeón olímpico Manaudou fue capaz de soportar la velocidad de 2,25 metros por segundo.

De cara a los entrenadores, la instalación ofrece diferentes prismas para observar "in situ" a sus nadadores. Particularmente efectiva a la hora de valorar detalles en plena actividad es la estancia ubicada en uno de los laterales del canal. Ofrece una ventana de observación bajo el agua con el objeto de que los preparadores puedan seguir las evoluciones de sus pupilos a unos pocos metros.

La medición de parámetros como la velocidad de la braza o la patada, la duración del ciclo o la frecuencia de la respiración, el análisis e interpretación tridimensional de la posición, la mejora de la posición hidrodinámica, el aumento de la eficiencia del movimiento o realizar sesiones de entrenamiento con control de cargas y velocidades, entre otras alternativas de uso, son algunas de las posibilidades que brinda el canal.

"Es una herramienta que puedes utilizar como quieras. En la mayoría de las ocasiones trabajamos solo técnica de piscina. Sin embargo, le hemos dado cabida a la natación con aletas, el submarinismo... Incluso hemos tenido aquí gente con bodyboard", destaca Hernández. Y es que la tinerfeña Alexandra Rinder, doble campeona mundial de la especialidad, se ha introducido ya con su tabla y ha probado la versatilidad del canal. "Aparte de eso, puede servir de rehabilitación o como una especie de centro de fitness. Trasladamos la misma idea que una clase de aqua gym, pero aquí a contracorriente, con lo cual añadimos un índice más de intensidad".

En breve, la instalación acogerá el 70 % del volumen de visitantes del año. Son los cinco primeros meses cuando el canal apenas cuenta con disponibilidad. La temporada de competición estival propicia una afluencia que podrá disfrutar del binomio compuesto por el mejor clima y la tecnología punta de un cauce orientado hacia la superación.