La muerte de Fidel Uriarte deja al Athletic Club de Bilbao sin uno de sus legendarios ''pichichis'' y a la afición de San Mamés, sobre todo a quienes tuvieron la fortuna de verle jugar en el Athletic entre 1962 y 1974, sin el ejemplo de lo que debe ser un ''león''.

Son unos cuantos los que sostienen que fue el mejor jugador de la historia del Athletic. Y otros tantos, o más, consideran que a quien haya que explicarle como debe ser un jugador del Athletic hay que hablarle de Fidel, ''Pichi'' en el vestuario rojiblanco. De su talento, de su entrega, de su valentía, de su determinación, de su juega de cabeza y de su gol.

Porque la figura Fidel Uriarte Macho (Sestao/Bizkaia, 01-03-1945), que debutó en el primer equipo bilbaíno a los 17 años de edad justo el día en el que también lo hizo otro mito José Ángel Iribar ''El Txopo'', el 23 de septiembre de 1962 con un derrota en Málaga (2-0), trasciende a sus estadísticas y su palmarés. También estimables.

Ganador de dos Copas (1969 y 1973) y Pichichi en 1968 con 22 goles, cinco más que otro legendario, Luis Aragonés, Uriarte es el decimoséptimo futbolista que más partidos ha jugado en el Athletic (394), curiosamente justo por detrás del ahora presidente Josu Urrutia, y el decimotercero que más goles ha marcado como rojiblanco (120), incrustado entre tres ''9'' de postín: Ismael Urzaiz, Manu Sarabia y Fernando Llorente.

La última vez que fue actualidad, además de al conocerse la enfermedad que lo primero que le llevó fue la memoria, fue cuando se recordó al último jugador del Athletic había marcado cinco goles, la hazaña de Aritz Aduriz hace unas semanas, el 3 de noviembre, ante el Genk belga en la Liga Europa. Se los hizo al Betis el día de Nochevieja de 1967.

Por cierto, Uriarte es una gloria más de las muchas que ha superado el donostiarra en su voraz carrera hacia el Top 10 de los goleadores rojiblancos.

Fue muy goleador el zurdo sestaoarra, aunque no delantero. Ni tampoco fino estilista. Uriarte era una fuerza de la naturaleza, física y mental, que cubría el campo de área a área -un jugador ''box to box'' que dirían los anglosajones- con el optimismo por bandera y la meta rival entre ceja y ceja.

En la elite empezó de ''6'', continuó de ''10'' y, cuando hubo que hacer un hueco al entonces más que prometedor Javi Clemente, acabó de ''8''. Era un época en las que los números, casi sagrados, lo decían todo. Y para jugar de ''6'', de ''8'' y de ''10'' había que tenerlo, sino todo, casi.

Solo así se explica la impronta que dejó en una afición que le tiene entre sus grandes leyendas. Una relación interminable en la que se encuentran, por solo poner unos cuantos nombres, Iribar, Txetxu Rojo, Gorostiza, Bata, Zarra, Gainza, Panizo, Koldo Aguirre, Dani, Argote, Goikoetxea, Guerrero, Joseba Etxeberria, Iraola ... en fin, una retahíla que no acaba.

Como no acabarán las conversaciones en las que, al repasar momentos pasados de la historia de un club a punto de cumplir los 119 años, aparezca el nombre Fidel Uriarte. Quien también tuvo sus tardes de gloria con la selección española, en la que jugó 9 partidos. Como cuando marcó en Cagliari el gol de la victoria (1-2) ante la Italia flamante subcampeona mundial un año antes en México 1970.

Acabó Uriarte su magisterio donde empezó, en Málaga, jugando de líbero durante tres años y 46 partidos. Pero ya sin el esplendor de su época como león, en la que dejó una huella imborrable para todos menos para él en sus últimos años de vida antes de fallecer a los 71 y dejar al Athletic huérfano de uno de sus grandes de siempre.