El Universidad Católica de Murcia, con su derrota de anoche por 86-83 en la pista del Montakit Fuenlabrada, ha dicho adiós a la posibilidad de disputar la Copa del Rey, pues se encuentra ya a cuatro victorias del octavo clasificado cuando faltan tres jornadas para que concluya la primera vuelta de la Liga Endesa.

El conjunto grana, que acumula tan sólo cuatro triunfos en los 13 partidos que ha disputado en el campeonato, ha sido incapaz de ganar dos partidos seguidos en la competición durante el presente curso y ahora es el decimotercer clasificado con el mismo bagaje que tienen el Movistar Estudiantes y el Río Natura Monbus Obradoiro, que le siguen en la tabla.

En puestos de descenso están el Divina Seguros Joventut de Badalona, con cuatro triunfos en 14 encuentros; y el ICL Manresa, con dos partidos ganados de 13 disputados. Estos dos equipos ganaron en la decimocuarta jornada, por lo que se aprieta la zona baja de la clasificación en la que se encuentra el UCAM cuando partía con el objetivo de superar el séptimo puesto logrado en la Liga 2015/2016, su mejor clasificación histórica en las 18 campañas completadas en la máxima categoría del baloncesto español.

Este pasado miércoles, en un partido que iba ganando por 11 puntos, el cuadro dirigido por Óscar Quintana se desinfló y perdió a pesar de que tuvo un triple lanzado por Billy Baron para haber forzado la prórroga en el pabellón Fernando Martín de Fuenlabrada.

La consecuencia de esa derrota es que el UCAM ha perdido una posición y se ha despedido de la Copa, por lo que sigue sin conseguir ese objetivo. De hecho, sólo disputó una edición copera a lo largo de sus 31 años de historia y fue en 1996 porque se disputó en Murcia y ejerció como equipo anfitrión en el Palacio de los Deportes.